¿Habría
sido ético ofrecer amnistía en 1944 a Hítler, Goebbels, Himmler, Göering?
Edgard
J. González.
Los atropellos territoriales del bando Nacional Socialista alemán -Nazi- comenzaron a fines de 1938, al anexarse las Sudetes de
Checoeslovaquia, y por la errada diplomacia “apaciguadora” de Chamberlain, aceptando la prepotente acción,
el tercer Reich continuó invadiendo a
sus vecinos, dando lugar a la segunda guerra mundial. Pero la primigenia gestación de esa grave
confrontación internacional comenzó con
la derrota de los alemanes en 1918, los términos de las compensaciones que
les fueron exigidas en la rendición, y la insólita negligencia que permitió quelos más radicales gradualmente se
organizaran en torno a un agresivo proyecto expansionista,que los vencidos
se rearmaran buscando dominar al planeta, con una teoría que mezclaba el resentimiento por la derrota anterior, la
presunta superioridad racial de los arios teutones, aderezado el proyecto
con ingredientes walkirios y wagnerianos.
Está implícito en el párrafo
anterior que los vencedores de la
primera guerra mundial (1914-1918) no intervinieron, como era su deber,
durante el lapso 1919-1933 para: 1°Corregir los excesos
en las compensaciones exigidas, 2°Estimular la
organización de partidos democráticos para evitar el reagrupamiento de los
alemanes más radicales en el partido nazi, y el efecto de embudo excluyente que derivó de su consolidación, al
ganar las elecciones del 33, y 3°Impedir el inexplicable
rearmamentismo -del 33 al 38- que colocó a Alemania a la cabeza del poderío
militar europeo, todo lo cual permitió a los nazis apabullar al resto de los alemanes y proceder a expandirse
territorialmente, en función del megalómano
proyecto de un insignificante y desequilibrado Cabo del ejército derrotado
en 1918. Durante el período de 15 años que va de 1919 a 1933 las naciones
vencedoras de la primera guerra tenían la obligación de erradicar todos los elementos que condujeron a los alemanes a producir
aquella guerra, instalando gradualmente -en la cultura, en la economía, en
el pensamiento y la conducta de los germanos-, los cambios que garantizaran su adhesión a los principios democráticos, de
respeto al diferente, de rechazo a la tesis de superioridad racial y de destino
hegemónico inexorable, sin invasiones, sin destrucción ni holocausto. Con
ese propósito, casi todo recurso habría sido aceptable, incluso el uso de
sobornos para estimular el abandono de
las canteras nazis y su debilitamiento, en beneficio de la opción
civilizada, que eliminase cualquier forma de agresión.
Pero cuando la confrontación
bélica ya está en desarrollo, y los
nazis han arrasado media Europa abusando de que pudieron construir la más poderosa maquinaria militar (a
la que agregaron cohetes de mediano alcance, con los cuales bombardearon
inmisericordemente a Inglaterra,
cuya condición insular la mantenía protegida de los formidables tanques y
cañones alemanes.Por gruesa ironía y pragmatismo, el cerebro de esos cohetes, VonBraun, fue reclutado por los estadounidenses, que
con esa ventaja derrotaron a la URSS en
la carrera espacial), no se puede ofrecer ramos de olivo y repartir amnistías, como si se tratase de
una competencia deportiva en la que acaban de descubrir que algunos
participantes se doparon. Hay una línea
a partir de la cual no hay posibilidad de repartir inmunidades, en especial a
los primordiales responsables de los crímenes cometidos. Con ese propósito
fue creado y funcionó el Tribunal de
Nuremberg, en 1945, para juzgar y castigar a los criminales de aquella
guerra.
Lo de la línea quedó perfectamente
demostrado en mayo de 1941 -cuando
la guerra ya llevaba más de dos años causando estragos en Europa-, con el
episodio protagonizado por Rudolph Hess, lugarteniente de Hítler, hombre de
confianza del führer desde los años 20, quien piloteó solo un avión y se lanzó en paracaídas sobre Escocia, al
noroeste de Inglaterra, con la intención
de pactar un armisticio. Los ingleses lo detuvieron de inmediato, sin darle la más remota viabilidad a la
negociación que proponía Hess, quien fue juzgado en Núremberg y murió de 93
años, en 1987, en la cárcel de Spandau, Alemania. De la alta jerarquía nazi, algunos se suicidaron, otros fueron
juzgados y ahorcados, unos pocos lograron escapar (a Mengele le ofreció
refugio en Argentina el populista Perón, huyó y murió en Brasil).
Extrapolando, sin poner al mismo
nivel aquella situación en la Europa de 1945 y nuestra situación actual, lo que
sería irrespetuoso y falaz,
Venezuela ha sufrido un proceso de sistemática
destrucción durante poco más de 20 años, dirigido por una secta militar de oficiales identificados con el proyecto
neoestalinista de Fidel Castro, cuyo Plan A -el de las guerrillas rurales y
urbanas- había sido derrotado, lo que motivó la infiltración de las FFAA desde los años 70, con adolescentes
pintaparedes, quemacauchos, tipo Chávez, que desde adentro se encargaron de ir
reclutando parte de los inmaduros cadetes, para “redimir” a Venezuela, con el discurso ñángara tradicional, que
agigantaba los defectos y las fallas de la naciente democracia, y proponía el espejismo
socialista por la vía del inmediatismo y la violencia foquista, que
ocurriría una vez consolidado suficientemente el grupo de los COMACATES
(coroneles, mayores, capitanes
tenientes) y con tropas bajo su mando. Lo intentaron dos veces, en febrero y en noviembre de 1992,
fracasando en ambos golpes militares, pero aquellos dos alzamientos violentos
se sumaron a otras variantes del descontento
por la degradación de AD y COPEI, presionando
desde sectores políticos, económicos, judiciales, periodísticos, hasta
producir la mañosa destitución de CAP,
el soso interinato de Ramón J. Velásquez, la celestina segunda presidencia de
Caldera, sus sobreseimientos
cómplices de los golpistas, creando el pernicioso embudo por donde se coló -de
nuevo- el siempre perjudicial militarismo, y el golpista bipolar accediendo
a la presidencia con apenas un tercio de la votación, que fue inferior a la abstención. Esa
participación electoral permaneció baja, permitiendo la conformación de la asamblea constituyente y la aprobación
de la nueva Constitución (el 15 de
diciembre del 99, en medio de la mega-tragedia
de Vargas, con el deslave).
Pero las demagógicas ejecutorias de Chávez durante el lapso feb 1999 - ene 2003
fueron tan erradas e ineficientes, respecto de los problemas que ofreció
resolver, que generaron un creciente
descontento, expresado en dos sucesos de significación primordial: 1. La Marcha de protesta, de más de un millón de ciudadanos en las calles
de la capital, Caracas, el 11 de abril
del 2002, cuya vanguardia fue tiroteada
en la Av. Baralt, por colectivos armados desde Puente Llaguno, en un espacio
bajo la responsabilidad de la Casa Militar (la masacre habría sido mayor si
los militares hubieran obedecido la orden
de activar el Plan “Ávila” para reprimir a la Ciudadanía con fusiles y
tanques). 2. La solicitud en febrero del 2003 de un
Referendo para revocar el mandato presidencial de Chávez, ahora con 4 años
acumulados de pésimo gobierno. Se tramitó un mecanismo establecido en la nueva Constitución, con las suficientes
firmas recogidas varias veces, tramposamente
demorado durante año y medio por el sumiso CNE, la mayor evidencia de que
lo habría perdido de haberse organizado en el lapso regular. En esa fraudulenta dilación por 18 meses, contrataron a Smartmatic para asegurarse
resultados electorales positivos, pero sirvió para revelar los viejos nexos del teniente coronel con la
dictadura cubana, a la que tuvo que apelar para implementar los mecanismos demagógicos que contrarrestaran
su baja popularidad, implementando las “Misiones”
con nombres pomposos y funciones relacionadas con los graves problemas que
no había atendido desde febrero del 99: Misión
Barrio Adentro (con módulos improvisados en algunas barriadas, a cargo de
presuntos médicos cubanos, babalaos con bata que nunca han cumplido la obligatoria Reválida para demostrar su
cualidad y preparación profesional), Misión
Vivienda (construcciones con fallas, en cantidades multiplicadas a
conveniencia), Misiones Róbinson, Ribas,
Sucre (insuficiente alfabetización, adoctrinamiento proselitista y reparto
complaciente de títulos).
El
fraude lo repitió ese mismo inescrupuloso
CNE al solicitarse contra el indocumentado Maduro un Revocatorio en el 2016. Como esta vez no había espejismos para
ofrecerle a los votantes, simplemente no
lo permitieron, arbitraria y prepotentemente. El creciente descontento, que
ya se había volcado en favor de la Oposición, eligiendo una Asamblea Nacional en diciembre del 2015, con dos tercios
de diputados demócratas (eran más de 112, pero su margen de manipulación de
los resultados, mediante la porción de multicedulados
virtuales que mantienen en el REP, les permitió mover algunas brasas hacia
sus sardinas), los obligó a realizar procesos
electorales totalmente viciados, única manera de lograr resultados
favorables. Así “eligieron” su asamblea
nacional prostituyente -copia de las vergüenzas monocolor y aclamacionistas
de NorCorea y Cuba- y “reeligieron” a
Maduro, el 20 de mayo del 2018, con dos
opositores colaboracionistas, Falsón y Bertucci, que no lograron maquillar
la farsa. Ambos fraudes fueron
denunciados y rechazados por buena parte de la Comunidad internacional, lo
que condujo al desconocimiento de Maduro
y su absoluta ilegitimidad, en una toma de posesión realizada en el también ilegítimo TSJ, presidido por un ex convicto, ese día
muy nervioso y tartamudeante. Ese podrido tsj es el responsable esencial de la criminalización de la disidencia.
El poder Legislativo, cumpliendo
los deberes que le señala el texto constitucional, en virtud de que la elección
del 20 de mayo del 2018 no llenó los requisitos de convocatoria, honestidad y transparencia, procedió a llenar el
vacío presidencial, nombrando Encargado
de la primera Magistratura nacional al Presidente de la AN, el diputado por
Vanguardia Popular -electo en diciembre del 2015- Juan Guaidó, quien ha sido reconocido por más de cincuenta países,
entre los cuales destacan EEUU, Canadá,
Japón, Australia, Alemania, Inglaterra, Francia, España, Colombia, Argentina,
Chile, Perú, Ecuador, Brasil, para dar una idea del calibre del respaldo a la opción constitucional.
Los párrafos anteriores van
dirigidos muy especialmente a los tuertos
selectivos que se empeñan en apoyar a los destructores de Venezuela, a su
vez subalternos del parasitario castrismo, atribuyéndoles una legitimidad que sólo tuvieron con su pírrica victoria de 1998
-nunca han tenido el 50% de apoyo del total electoral, y desde que el REP y los procesos electorales los
controlan mediante las marramucias que implementó Smartmatic, agregan a sus
votos la porción proveniente del electorado
virtual multicedulado, aunque no les resultó tan fácil hacer ganar al golpista bipolar en la elección adelantada de octubre
2012 (con el cáncer no aguantaba en campaña hasta diciembre, mes a fines
del cual murió en el CIMEQ de la Habana), y mucho más difícil fue maquillar los resultados de las presidenciales en abril
2013, por lo que el inescrupuloso CNE proclamó al colombiano de prisa, sin
atender los reclamos de la Oposición por una Revisión de los Cuadernos, donde reposan las huellas de los
multicedulados. Los dos fraudes más recientes fueron tan obvios y
descarados que sus ejecutores-defensores optan por evadir toda discusión al
respecto. ¿Elección de asamblea constituyente convocada sólo por el indocumentado, sin participar la mayoría? ¿500 integrantes y ninguno representa a la
Oposición, que es mayoritaria? Impidieron el Revocatorio contra Maduro,
violando la Constitución, y adelantan 7
meses la elección presidencial, inhabilitando previamente a los auténticos
candidatos opositores, y produciendo votos ad líbitum en las maquinitas, con abstención del 80% del REP. ¿Quién es el autoproclamado, el que
actúa apegado al texto constitucional, o el que comete fraudes e impone los
tramposos resultados con amenaza de las armas y la represión a la Ciudadanía? ¿Nada deducen del monopolio de los medios,
de la prohibición de nombrar objetivamente a opositores, de mostrar imágenes de
las multitudes en las calles -semana tras semana, en todo el país-en apoyo a
Guaidó, o la ausencia de tomas aéreas
-sólo tomas cerradas, de grupúsculos- en los muy escasos eventos de la
dictadura? ¿ceguera dogmática o cinismo crónico?. Cuesta arriba la
solidaridad automática de los Ramonet, los Iglesias, los Monedero, los ñángaras en general, y la escoria exquisita
en particular.
Sobreentendido que no respaldo la aparente estrategia de
ofrecer amnistía a los principales jerarcas del régimen castrochavista,
supongo que lo aclara suficientemente la porción inicial de este artículo,
usando de referencia la conflagración que azotó a Europa, cuando el tercer Reich nazi -secundado por los
fascistas de Mussolini- pretendió someter al planeta, la porción asiática a
cargo del imperio japonés. Por supuesto que no se podía juzgar-castigar a la totalidad de los que en Europa y
Asia simpatizaron o respaldaron abiertamente aquella criminal pretensión, pero los responsables primordiales del diseño y
la realización de aquel proyecto racista, intolerante, criminal en grado de
genocidio, por razones de Civilización y Moral, no debían beneficiarse de
medidas “humanitarias” o contempladas en un esquema de amnistía general.
Diferencias aparte, los niveles de responsabilidad en la comisión de crímenes de Lesa Humanidad superaron las dimensiones
dentro de las cuales se pueden conceder
reducciones en las penas, llegar a acuerdos pragmáticos con el propósito de
disminuir el trauma social de los vencidos (y con ello evitar que se repitan las agresiones, como sucedió con los alemanes
derrotados en el 18, cuyo resentimiento y la sensación de que les impusieron
excesivas compensaciones por los daños causados, estimuló su reacción violenta
con mayor intensidad que la primera vez. El
trato dado a los alemanes vencidos en 1945 fue mucho más adecuado, y
Alemania hoy es una nación próspera, mayoritariamente comprometida con los
valores democráticos, donde por ley está prohibido
hacer apología del nazismo y sus ingredientes de superioridad racial, de
destino manifiesto).Tampoco respaldaría
la presunta opción de que EEUU negociara con Rusia, y acordara dejar impune la
prepotente anexión de la península de Crimea a cambio de que Putin deje de
apoyar a Maduro. Eso sería innoble, mutilar
a Ucrania de parte de su territorio, por el simple distanciamiento de Rusia
en el conflicto venezolano (donde quedarían aún los cubanos, chinos, iraníes,
turcos,FARC, ELN, Hezbolah, todos elementos de riesgo para EEUU, Europa,
Israel, la civilización occidental
en general).
La
barbarie nazi no fue producto exclusivo de Adolfo Hítler,
él ocupaba la cima del poder, pero jamás habría podido solo, causar tanta
destrucción, atrocidades, heridos y muertos, sin la intensa complicidad de sus allegados en el alto mando, y el resto de
oficiales y funcionarios de alto rango, co-autores e implementadores del
esquema invasor y de exterminio sistemático de los enemigos y de los
“inferiores”. Si aquel proyecto hubiera
triunfado, el planeta sería hoy una inmensa colonia del tercer Reich, los
considerados inferiores o disidentes estarían esclavizados, prisioneros o
asesinados, y todos los Homo Sapiens vivos hablarían y obedecerían en alemán.
La
barbarie castrochavista tampoco fue impuesta por un súper hombre,
el loquito pintaparedes de Barinas formó parte de la compleja madeja de la
ultraizquierda venezolana, ese fundamentalismo
marxistoide que orbitaba en torno a la URSS, y salivaba pavlovianamente con las
presuntas hazañas de Fidel y los mitos creados a su alrededor, en aras de consolidar
la sucursal soviética en el continente americano. Chávez y su secta militar
formaron parte de la segunda gran
derrota del castrismo en Venezuela, derrotado el Plan A guerrillero del
criminal y parásito del Caribe, también su Plan B fracasó, con sus
infiltrados en las FAAA dando los dos golpes chimbos del 92. Pero la decadencia interna de AD y COPEI,
irónicamente hecha posible por la derrota
de las guerrillas en Venezuela, y por la derrota de los países árabes que por
enésima vez fueron en cobarde gavilla por lana fácil (guerra del Yom Kipur, oct
73), y la oveja Israel de nuevo los
trasquiló por completo, ocasionando ese inesperado desenlace que se triplicaran los precios del barril
petrolero, favoreciendo a CAP en su primer gobierno. El último presupuesto
anual de Caldera fue de Bs 14.000
millones, el primero de CAP fue de BsM
42.000. Esa repentina bonanza, luego de la frugalidad gestionada por Betancourt, Leoni y Caldera I, derivó en
el país del derroche, del “ta’barato,
dame dos”, que inevitablemente incentiva las apetencias por desviar tajadas
de los nuevos y abundantes ingresos, la
corrupción se alargó los pantalones, también buscaron su crecimiento la politiquería y los pichones de
empresarios, sin capital pero con mucho maletín y grandes agallas. La socialdemocracia adeca y la democracia
cristiana copeyana practicaron el demagógico “reparto social”, lo que
habituó a grandes conglomerados a recibir dádivas del Estado, pero el sucialismodelsiglo21 elevó el
parasitismo a altitudes superiores, poniendo el énfasis en cultivar y
“empoderar” al segmento más fácil y barato de manipular, el Lumpen, en especial con el discurso de que todos somos iguales, que la riqueza brota sola, del subsuelo, de
los árboles, y apenas falta repartirla
de forma diferente, para que deje de ser cosecha exclusiva de los ricos, los
“ladrones” que llegaron antes, y favorezca
preferentemente a los marginales que ni siquiera han trabajado ni producen,
y deben ser calificados como discapacitados para cualquier labor, excepto la de
consumir lo que el oficialismo reparta
gratis, y participar en las actividades proselitistas del régimen, con
entusiasmo y actitud de norcoreanos.
Si las presuntas conversaciones con el indocumentado
(que debe estar durmiendo con los dos ojos bien abiertos recordando los finales
de Allende, Noriega, Ceaucescu, Hussein,
Gaddafi), con Padrino López (¿quién atiende la finca que le compró a la querida en Costa Rica,ahora que ella se
fue a España, a reunirse allá con su cuasi-hijastra?), con Maikel Moreno (el PRAN del TSJ) y con Hernández Dala
(invisible de perfil y de frente), se realizaron con el propósito de sembrar desconfianza en toda la plana
mayor de la pandilla que mantiene
secuestrada a Venezuela, ponerlos a caminar de espalda pegada a las
paredes, y dando brincos por cualquier ruido, un simple maullido de minino, una
taza que se rompe en la cocina, dos
celulares que suenan al unísono, pues congratulaciones porque ese objetivo
se logró.Y el bachaquero que vende
Valium en Miraflores y en Fuerte Tiuna, debe estar haciendo su agosto en
este mayo de camaradas y camarados con terribles pesadillas, en las que se les
aparecen las imágenes intermitentes y amenazadoras de Bolton, Pompeo, Rubio, Pence, Duque, Bolsonaro, Piñera, enjambres de
aviones F16, drones, helicópteros artillados, destructores y gigantescos
portaviones, y de guinda escalofriante Trump,
que les dice en inglés frases que -por supuesto- ningún comunista narcisista-leninista ortodoxo entenderá, porque su
absoluto antiimperialismo les impidió prestar atención en las clases de ese
idioma en el ya lejano liceo. Apuestas: ¿Cementerio,
Zimbawe o La Haya?.
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