lunes, 17 de febrero de 2020

Ferguson, Missouri: ¿Periodismo celestino, o “políticamente correcto”?
Edgard J. González.-
Artículo originalmente publicado en agosto 2014, en Analítica y ND.

En esta pequeña ciudad del estado de Missouri, en los Estados Unidos de Norteamérica, se  suceden desde el 9 de agosto un conjunto de hechos conflictivos que mantienen a ese poblado en peligrosa tensión, con un miembro de la policía local acusado de asesinar a un joven negro presuntamente desarmado, y la intervención de fuerzas federales ante la insuficiencia de la Policía de la ciudad, donde turbas callejeras han causado destrozos en supuesta protesta por el incidente. Sería un hecho que no ocuparía mucho centimetraje en la prensa escrita y digital, o  tiempo noticioso en Radio y Televisión, a no ser por los ingredientes de Racismo que contiene y, lo que motiva que me ocupe del caso, el tratamiento sesgado, poco objetivo, que refleja esta noticia en la mayoría de los medios, de EEUU y del resto del mundo.

Resumiendo el suceso, tenemos que el 09 de agosto, el joven negro Michael Brown en una calle de Ferguson, recibió  seis tiros, uno a la cabeza que fue el letal y se presume que el último, y señalan como responsable al oficial de policía Darren Wilson. De inmediato comenzaron las manifestaciones de protesta que ya han desembocado en disturbios callejeros, saqueos, y enfrentamientos con las fuerzas del orden, de los cuales se han derivado heridos y detenidos. El argumento esencial que alegan quienes protestan, es la presunta comisión del asesinato de una persona desarmada, con el ingrediente racista que afirma que a Brown lo detienen y le disparan por ser negro, y sobre ese marco se construyen todas las noticias que refieren el suceso, sin ampliar las informaciones. Es un enfoque maniqueo, al que además se agrega el también presunto respaldo al policía, por parte del Ku Klux Klan, esa impresentable y aborrecible organización supremacista, que suponíamos extinta y por coincidencia reaparece ahora, algún remanente exigüo, para echarle más leña al fuego y agrandar el presunto carácter racista del que se quiere impregnar al complicado episodio.

Fuera de cauce las reacciones de la muchedumbre que tomó las calles de Ferguson, muchos venidos de otros pueblos, se declara el Estado de Emergencia en Missouri, e interviene el FBI, pero la noticia sigue enmarcada en las limitadas informaciones que la caracterizaban el primer día. En CNN la noche del domingo 17 (ya los sucesos llevaban ocho días de desarrollo en Ferguson), daban como información básica la muerte del joven negro a manos del policía blanco, mostrando una y otra vez solamente un video de unos 15 segundos, de la calle donde ocurrió el suceso (Urbanización de edificios de tres plantas en dos colores, con áreas verdes y pocos vehículos, muy agradable), con un óvalo que hacía borrosa la imagen en el centro de la pantalla (donde se supone está el cuerpo tendido de Brown), un hombre negro que se acerca al sitio, de izquierda a derecha (se supone que es el padre de la “víctima”), y un policía con guantes de goma azules que corre de derecha a izquierda e impide que el hombre negro, que ya está a poca distancia, llegue a donde yace el cuerpo (que ahora es parte de la investigación, y no se puede permitir la modificación ni contaminación de la escena, acordonada con cinta amarilla). Es decir, CNN (aun hoy, pasadas tres semanas) no muestra imágenes que ayuden a formarse una opinión respecto de lo que sucedió cuando coincidieron en ese sitio el joven Brown y la Policía. Además, agregan declaraciones de tres personas, dos jovencitas negras y un adulto blanco de unos 50 años, y lo que más destaca es que ninguno de los tres fue testigo presencial cercano al hecho, estaban lejos del sitio cuando se produjo el enfrentamiento. Sólo mencionan que “desde lejos vieron que Brown alzó los brazos” (dando a entender que respondía a una orden policial). Y también muestran dos fotografías de Michael Brown cuando TENÍA unos 13 o 14 años, lo cual es al menos raro, pues ya había cumplido 18 años y sabemos que ocurren cambios enormes desde la pubertad.

En Antena 3, televisora de España, el miércoles 20 escuché de la narradora de noticias, “que Brown sacó un cuchillo frente a los policías”, pero nada más añaden a la versión estancada desde el día inicial. Algo extremadamente irregular y capcioso, pues los medios están obligados a mostrar no sólo toda la información existente en torno a cada caso, sino también más de una versión, cuando se trata de hechos de los cuales derivan otros hechos, tanto o más noticiosos e importantes como el que diera inicio a la secuela. Hagamos referencia a lo que los medios NO han mostrado, a lo largo de más de tres semanas transcurridas.

Michael Brown tiene 18 años de edad, su estatura es de 1.8 metros, debe pesar unos 120 kilogramos, y media hora antes del incidente en que perdiera la vida, había protagonizado un ROBO a una tienda de abarrotes cercana, a cargo de un hombre mayor, bajo de estatura, delgado de complexión, probablemente de un grupo étnico cuyo color de piel es obscuro, parece pakistaní, indio, aunque como parte de lo que no nos informan, nada dicen acerca del tendero, ni de su involucración en el grave hecho noticioso. El asunto es que Michael Brown, quien estaba acompañado en la tienda por quien parece ser alguien posteriormente identificado como Dorian Johnson, su amigo, quien lo acompaña a todas partes, robó varios productos de los estantes, siendo visto por el dueño de la tienda, quien trató de impedirle que se fuera sin pagar por los productos que había sustraído, y el joven de casi dos metros y 120 kilos se abalanzó amenazante sobre el pequeño tendero, quien no tuvo otra opción que dejarlo irse, impune. Esto no me lo contaron, aparece en un VIDEO, que como parte de la información ha debido mostrarse a los televidentes, pero extrañamente los medios no lo han incluido (aunque CNN sí transmite en loop el videíto de 15 segundos que nada nos dice sobre los hechos previos, que son esenciales para ir completando el rompecabezas). Pues resulta que el tendero hizo a la Policía la denuncia del robo y el video sirvió de respaldo a la denuncia, lo que nos va indicando la razón por la cual los policías, con la imagen del gigantón ladrón que muestra el Video, procedieron de inmediato a buscarlo, y una vez localizado trataron de hacer la correspondiente detención. ¿No es raro que las noticias y opiniones excluyan el video y la denuncia, que demuestran la conducta previa de la “víctima” y que los policías no expresaban racismo genérico, sino que realizaban un procedimiento rutinario para detener al sospechoso de un delito? Acá el link al video:
Para obscurecer más la situación, el Departamento de Justicia de EEUU puso objeciones a que se hiciera público el video (del robo a la tienda, donde aparecen Brown y Johnson), alegando que “pudiera estimular que aumentaran las protestas” ¿?. También se toma como irregularidad por parte de quienes protestan, que el testigo clave del suceso, Dorian Johnson, no declaró sino cuatro días después (siendo cómplice de MB es probable que él estuviera eludiendo a los investigadores, y por razones obvias no es un testigo fiable). Son turbias las motivaciones que en lugar de ampliar la información para que el Público en general pueda formarse una Opinión bien sustentada, buscan reducir las imágenes, las circunstancias precisas y los antecedentes que permitan ver el cuadro total, y no seguir dependiendo del encuadre minimizado que se adapte a lo “políticamente correcto”, que busca complacer a los sectores que en el pasado fueron maltratados, discriminados, tales como los negros y los homosexuales, en una especie de aberrada y tardía compensación, que por el contrario sirve para atizar los resabios que contra esas minorías existan, precisamente porque pretenden eximirles de algunas responsabilidades actuales, en pago por las injusticias que hayan sufrido en el pasado, ya relativamente remoto. Se instalan sistemas de cámaras y grabadores de video en tiendas, oficinas, instituciones públicas y privadas, para tener pruebas útiles, para determinar -cuando ocurre un delito- lo que realmente haya sucedido, e identificar a él o los responsables del ilícito (hurto, robo, agresión, secuestro, etc), y no se debe eliminar o posponer la utilización de un registro tan valioso, en aras de la conveniencia política, lo cual de paso, más bien contribuye a fomentar la desinformación que puede estimular a los bandos enfrentados a incrementar sus acciones, prolongando la conflictiva situación en Ferguson, que pudiera agravarse y generar más caos y destrucción, de lo que ya se ha producido.

El video que la máxima autoridad en materia de Justicia quiere mantener fuera del asunto, no sólo muestra a la presunta víctima fatal y a su amigo cometiendo un robo e intimidando al encargado de la tienda para escapar impunes, sino que fue la base de la denuncia que ese ciudadano hizo ante la Policía, que habiendo visto el video, tenía la imagen de las personas que cometieron el delito, lo que explica que al recorrer las calles adyacentes, al ver a Michael Brown, con la estatura, corpulencia y vestimenta registrada en el video, procedieran a darle la voz de alto. No hay imágenes, ni fotos ni videos, ni testigos presenciales cercanos, de lo que sucedió cuando se enfrentaron el sujeto solicitado y el funcionario policial, de manera que nadie (incluido yo) puede dar una versión que corresponda con la verdad absoluta. Pudo haber exceso de parte del policía, como pudo haber exceso de parte del sospechoso, lo lamentable es que hasta ahora se parte de suposiciones y prejuicios, matizados de racismo, que funciona en ciertos casos como solidaridad automática en función de la etnia, la profesión, la edad, la nacionalidad, y otros factores que hacen converger respaldos emocionales antes que argumentos basados en elementos racionales y demostrables.

Es sospechoso que muestren imágenes de Michael Brown que corresponden a cuando tenía varios años menos que al momento de suceder los hechos que conducen a su muerte, pues no recuerdo que cuando hacen referencia a los terribles crímenes sistemáticamente organizados y cometidos por fascistas y nazis, nos mostraran fotos de Mussolini o Hitler adolescentes, como tampoco quienes denunciaban a la dictadura militar que sometió a Chile del 73 al 90, habrían permitido que las imágenes a publicar de Pinochet, fuesen las del cadete Augusto, en sus primeros años en la Academia Militar. Por ello, me inspiran desconfianza los propósitos de quienes protestan y de quienes transmiten periodísticamente las informaciones sobre esos disturbios, que coinciden en mostrar fotos del occiso cuando tenía unos 13 años, con peso, estatura y expresión diferentes a las actuales, con una corpulencia que lo hacía visible a gran distancia, así como un prontuario de actividades delictivas registradas desde que cumplió los 18 de la actualidad (por Ley no se permite conocer el prontuario anterior a esa edad). Resumiendo, el robo a la tienda no era su primera proeza negativa, y su tendencia a practicar el bullying no comenzó con el pequeño tendero al que robó con prepotencia ese sábado 9 de agosto. Reiterando que no sé qué ocurrió exactamente cuando el policía se encontró con Michael Brown, eso le corresponde a las investigaciones y el juicio, en tribunal, no en la calle, con más derecho que quienes muestran fotos de MB más jovencito, acá coloco una imagen reciente, que nos lo muestra distinto al ángel inofensivo del que hablan sus allegados e incondicionales (en segundo plano, su amigo Dorian Johnson, quien estaba con Michael cuando ocurrió el robo a la tienda, y aparece en el video incriminatorio). http://s4.postimg.org/5fu4jpl65/Michael_Brown_Photo.jpg  



Así como no incluyen el video del robo a la tienda en lo primordial de la Noticia del hecho, tampoco ese periodismo selectivo menciona que esa tienda, luego del incidente que aún debe ser esclarecido, fue saqueada y destruida por una porción de los afligidos que protestan por la “injusticia” en la muerte de MB, pero participaron activamente en el acto humanitario y justo de saquear y destruir el negocio de quien cometiera los terribles delitos de: Trabajar honestamente, tratar de impedir que le roben mercancía, y denunciar el robo. Según la óptica de los que se rasgan las vestiduras por el trágico final de MB, probablemente el tendero deba agradecerles por no haberlo asesinado. Aunque es especulativo, es relevante pensar en lo que hubieran hecho todos esos manifestantes, que llevan tres semanas destruyendo y saqueando, en protesta por la muerte de Michael Brown, si del encuentro -cuyos detalles ignoramos-, hubiera resultado muerto el policía Darren Wilson. Algo nos lleva a dudar de que esos mismos que repudian la “injusticia” por la muerte de MB, estarían exigiendo que detuvieran y juzgaran al joven negro, por la muerte del funcionario blanco.

La detestable doble moral que produjo la exoneración de O. J. Simpson cuando asesinó a su ex esposa y a su novio (ambos blancos), tan sólo porque no era conveniente en 1994 encarcelar a un negro, rico y famoso, pues ello enfurecería a la comunidad “afroamericana”. Aunque la Justicia lo libró de la cárcel en esa ocasión, le impuso pagar US$ 32 millones a la familia de las víctimas (y cuando ese clima demagógico había disminuido, pudieron encarcelarlo en 2008 por robo y secuestro en Las Vegas, por lo cual Orenthal James, ex futbolista, ex actor, está en una prisión en Nevada). Hubo una alcahuetería colectiva vergonzosa en torno a Simpson, una enorme mácula en el panorama judicial de los EEUU. Otro caso ambivalente es el de Rodney King, un malviviente, alcohólico y drogadicto, ladrón y agresor consuetudinario, a quien 4 policías en Los Ángeles arrestaron por conducir bajo influencia de alcohol y drogas estando en libertad provisional, intento de fuga, se resistió al arresto, durante el cual le dieron una paliza, en marzo de 1991. Al año siguiente, por la absolución de los policías hubo disturbios que produjeron 53 muertos, 2.400 heridos, 7.000 incendios, saqueos y daños a 3.000 empresas. ¿Se justificaba todo el caos y destrucción que esa primera sentencia motivara en los que “protestaron”? ¿Habría ocurrido lo mismo si el agredido por la policía hubiera sido blanco? ¿No había otra manera de presionar para lograr la revisión de la sentencia (lo que luego sucedió)? ¿Es aceptable el chantaje de las comunidades negras, en función de su particular interpretación del racismo, ante toda actuación de los funcionarios del orden que impute a una persona a quien califiquen con el muy cursi e inapropiado término de afroamericano -a estas alturas-? ¿Tenemos derecho a ver toda la información sobre cada hecho noticioso, o merecemos ser tratados como menores de edad, y que las informaciones sean filtradas de acuerdo a las conveniencias sociopolíticas y económicas de los más involucrados, o por temor a protestas de grupos violentos? ¿Es más aceptable el racismo cuando se practica al revés?

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