lunes, 23 de abril de 2012

UN GATO, UN CÓNSUL. Edgard J. González.- El “Gato” Briceño, Gobernador del estado Monagas, rechazó plegarse a las burdas maniobras del régimen (para ocultar responsabilidades del oficialismo en la muy grave contaminación del Río Guarapiche, a raíz de una falla que arrojó al río miles de barriles de petróleo crudo, el 4 de febrero, lo cual obligó a cerrar la Planta de Potabilización que surte a Maturín y otras poblaciones vecinas), y optó por reconocer que el Agua NO era potable y puso en práctica un Plan de Emergencia, utilizando camiones cisterna para proveer a la población del precioso líquido, traído de fuentes no contaminadas. El enfrentamiento, más directo con Diosdado Cabello (guapetón de Monagas), incluyó al Tribunal Disciplinario del PSUV, y el Gobernador se negó a participar de esa farsa, asumiendo su Expulsión, con el alegato de que él se debe más al pueblo que lo eligió, que a un Partido o un Régimen. En un obscuro suceso, repudiable desde cualquier punto de vista, 12 funcionarios del CICPC (lo que todos conocemos como PTJ) improvisaron una “alcabala” y mataron a la hija del Cónsul de Chile en Maracaibo. Las múltiples variantes con que se expresa la terrible Inseguridad que agobia al país, nos hace desconfiar hasta de los operativos que son presuntamente policiales o militares, pues los atracos y secuestros también han ocurrido mediante supuestas alcabalas (el caso Sindoni es emblemático). Frente a individuos armados, que NO se han identificado como funcionarios, ni están en un puesto fijo que ya la ciudadanía conoce, y ante el cual disminuyen la velocidad los vehículos, la inmediata reacción es la de tratar de no ser capturado por quienes, por simple deducción, pueden ser delincuentes ejecutando un robo o perpetrando un secuestro. Los funcionarios dispararon a mansalva, y Karen Vannesa Berendique Betancourt, de 19 años, fue asesinada, en un suceso preñado de negligencia policial y desprecio por la vida, que lamentablemente ha ocurrido muchas veces (recordemos la masacre de los estudiantes en Caricuao). Ambos hechos, analizados a la escala del tiempo y factores en que sucedieron, nos hacen solidarizarnos con el Gobernador y el Cónsul, respectivamente. El “Gato” hizo lo que debía hacer, cumplió con su deber, no escondió la Verdad ni se prestó a componendas que hubieran empeorado la situación, al permitir que a las casas de los monaguenses llegara agua con trazas de petróleo, no potable, y por tanto generadora de daños a la salud. Su actitud frente a las presiones y amenazas de los jerarcas del régimen, Chávez y Diosdado, fue digna. No se amilanó, y perdió el respaldo del oficialismo, para ganar los insultos y las descalificaciones a que nos tienen acostumbrados, cada vez que alguien manifiesta su desacuerdo con lo que proponen, en teoría y praxis. El Cónsul por su parte, expresó su profundo dolor (que sinceramente compartimos) y denunció que la Inseguridad “nos está matando en toda Venezuela”, expresión que debe haberle granjeado antipatías entre los chavistas, pues pone el dedo en una de las más graves llagas de que adolece el régimen, junto con la Corrupción, la tambaleante Economía y la intromisión cubana. Lo cuestionable en la conducta del Gato y el Cónsul es lo tardío de su reacción, pues lo que ambos denuncian ha venido ocurriendo e incrementándose desde el inicio del insoportablemente largo período de TRECE AÑOS que lleva la secta militar-civil, incapaz y corrupta, al frente del Gobierno en Venezuela. No es la primera vez que se contamina un espacio, ni tampoco la primera vez que se intenta maquillar la verdad para favorecer al régimen, mucho menos Karen Vannesa es la primera víctima de la Delincuencia, y de los atropellos policiales. El Gato Briceño y el Cónsul Berendique han estado ajenos a todos los crímenes, delitos, atropellos, hechos de corrupción, improvisaciones, arbitrariedades, abusos, agresiones, descalificaciones, violaciones a la Constitución y muy particularmente a los Derechos Humanos de muchos compatriotas, cuya primordial falta es no estar de acuerdo con el pensamiento Único, la Ingerencia castrista, y la Incapacidad para mantener, administrar idóneamente, mejorar, innovar, en todos los aspectos del país. El Gato y el Cónsul declararon AHORA lo que tenían que declarar, y ambos tienen sus méritos por hacerlo, y el respaldo de la mayoría (hay una minoría perversa que sigue los lineamientos del régimen y no tiene escrúpulos en avalar las barbaridades que inventan los “estrategas” del oficialismo a fin de minimizar los daños a la imagen del Stalin de Sabaneta y son capaces de repetir como loros lobotomizados las necedades que les dictan desde ruedas de prensa y cadenas presidenciales, dirigidas a descalificar y hasta culpar por los hechos, al Gobernador de Monagas y a la víctima del tiroteo en Maracaibo). Tendrían mucho más valor y validez esas denuncias de hoy, si ambos, el Gato y el Cónsul, hubieran declarado en su momento, repudiando -por ejemplo- la emboscada y masacre del 11 de abril, ejecutada por malandros chavistas desde Puente Llaguno, con la complicidad del régimen, en especial la celestina actuación de la GN ese día. Tendrían más sentido sus denuncias actuales, si se hubieran manifestado en contra de la Lista Tascón, mecanismo fascista con el cual han establecido un Apartheid desde el 2003 a la fecha. Si hubieran dicho algo respecto de la criminalización de la Disidencia, la desidia contra Franklin Brito, y la utilización del Poder Judicial -servil ante el ejecutivo-, para encarcelar, enjuiciar amañadamente y condenar sin pruebas a inocentes (casos de Simonovis, Vivas, Forero, Usón, la Juez Affiuni, etc), como jamás declararon rechazando la evidente parcialización de los otros poderes, dispuestos a “pulverizar” opositores, y también a no discutir, no investigar, no alcanzar la Verdad, en todos los casos que comprometen al régimen (Asesinato de Danilo Anderson, 150.000 toneladas podridas de alimentos importados, las invasiones y caprichosas “expropiaciones” que forman parte de la sistemática destrucción de la Economía, y del Derecho a la Propiedad Privada, la permanente intromisión de funcionarios cubanos en asuntos que comprometen la Soberanía del país, los chanchullos en el REP, la burla a la ciudadanía entera que se deriva de esa farsa en torno a la pronta y completa información sobre la presunta enfermedad del agente cubano, quien además incumple la Constitución al no delegar funciones mientras se ausenta del territorio nacional). Son muchos más los hechos bochornosos ocurridos durante más de trece años, sobre los que nos hemos manifestado los venezolanos responsables, y frente a los cuales, lamentablemente, NO se expresaron el Gato y el Cónsul. ¿ Qué opinión merecería una Declaración Pública contra el Nazismo y UNO SOLO de sus crímenes, hecha a comienzos de 1945 ? ¿ Es aceptable esa actitud de “diente roto” que no se define desde 1933 hasta 1945 ? ¿ Cuántos atropellos y crímenes más debe cometer este régimen, para que los indefinidos se decidan a enfrentar la dictadura y se esfuercen por recuperar la Democracia ? Todos los que han permanecido indiferentes, o respaldando las arbitrariedades de este régimen, tendrán poca credibilidad cuando denuncien haber sido víctimas de cualquier atropello. ¿ Cómo reclamar por tu propiedad cuando has permanecido indiferente frente a cientos de expropiaciones e invasiones ? ¿ Cómo exigir Justicia ante la injusta detención o el asesinato de uno de los tuyos, cuando has permanecido impertérrito frente a docenas de juicios abominables y más de 150.000 asesinatos ? ¿ Cómo pasar por Demócrata cuando has respaldado una Dictadura, por Omisión o por Comisión ? Lo correcto no se hace antes, tampoco después. 25 03 2012

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