Edgard J. González.-
Artículo originalmente publicado en agosto 2014, en Analítica y ND.
Artículo originalmente publicado en agosto 2014, en Analítica y ND.
En esta pequeña ciudad del estado
de Missouri, en los Estados Unidos de Norteamérica, se suceden desde el 9 de agosto un conjunto de hechos conflictivos que mantienen a ese
poblado en peligrosa tensión, con un miembro de la policía local acusado de
asesinar a un joven negro presuntamente desarmado, y la intervención de fuerzas
federales ante la insuficiencia de la Policía de la ciudad, donde turbas
callejeras han causado destrozos en supuesta protesta por el incidente. Sería
un hecho que no ocuparía mucho centimetraje en la prensa escrita y digital,
o tiempo noticioso en Radio y Televisión,
a no ser por los ingredientes de Racismo
que contiene y, lo que motiva que me ocupe del caso, el tratamiento sesgado,
poco objetivo, que refleja esta noticia en la mayoría de los medios, de EEUU y
del resto del mundo.
Resumiendo el suceso, tenemos que
el
09 de agosto, el joven negro Michael
Brown en una calle de Ferguson,
recibió seis tiros, uno a la cabeza que
fue el letal y se presume que el último, y señalan como responsable al oficial
de policía Darren Wilson. De
inmediato comenzaron las manifestaciones de protesta que ya han desembocado en
disturbios callejeros, saqueos, y enfrentamientos con las fuerzas del orden, de
los cuales se han derivado heridos y detenidos. El argumento esencial que
alegan quienes protestan, es la presunta comisión del asesinato de una persona
desarmada, con el ingrediente racista que afirma que a Brown lo detienen y le
disparan por ser negro, y sobre ese
marco se construyen todas las noticias que refieren el suceso, sin ampliar las
informaciones. Es un enfoque maniqueo, al que además se agrega el también
presunto respaldo al policía, por parte del Ku Klux Klan, esa impresentable y aborrecible organización
supremacista, que suponíamos extinta y por coincidencia reaparece ahora, algún
remanente exigüo, para echarle más leña al fuego y agrandar el presunto carácter
racista del que se quiere impregnar al complicado episodio.
Fuera de cauce las reacciones de la
muchedumbre que tomó las calles de Ferguson, muchos venidos de otros pueblos, se
declara el Estado de Emergencia en Missouri, e interviene el FBI, pero la
noticia sigue enmarcada en las limitadas informaciones que la caracterizaban el
primer día. En CNN la noche del
domingo 17 (ya los sucesos llevaban ocho días de desarrollo en Ferguson), daban
como información básica la muerte del joven negro a manos del policía blanco,
mostrando una y otra vez solamente un video de unos 15 segundos, de la calle
donde ocurrió el suceso (Urbanización de edificios de tres plantas en
dos colores, con áreas verdes y pocos vehículos, muy agradable), con un
óvalo que hacía borrosa la imagen en el centro de la pantalla (donde se supone
está el cuerpo tendido de Brown), un hombre negro que se acerca al sitio, de
izquierda a derecha (se supone que es el padre de la “víctima”), y un policía
con guantes de goma azules que corre de derecha a izquierda e impide que el
hombre negro, que ya está a poca distancia, llegue a donde yace el cuerpo (que
ahora es parte de la investigación, y no se puede permitir la modificación ni
contaminación de la escena, acordonada con cinta amarilla). Es decir, CNN (aun hoy, pasadas tres semanas) no
muestra imágenes que ayuden a formarse una opinión respecto de lo que sucedió
cuando coincidieron en ese sitio el joven Brown y la Policía. Además, agregan
declaraciones de tres personas, dos jovencitas negras y un adulto blanco de
unos 50 años, y lo que más destaca es que ninguno de los tres fue testigo
presencial cercano al hecho, estaban lejos del sitio cuando se produjo el
enfrentamiento. Sólo mencionan que “desde lejos vieron que Brown alzó los
brazos” (dando a entender que respondía a una orden policial). Y también
muestran dos fotografías de Michael Brown cuando TENÍA unos 13 o 14 años, lo
cual es al menos raro, pues ya había cumplido 18 años y sabemos que ocurren
cambios enormes desde la pubertad.
En Antena 3, televisora de España, el
miércoles 20 escuché de la narradora de noticias, “que Brown sacó un cuchillo
frente a los policías”, pero nada más añaden a la versión estancada desde el
día inicial. Algo extremadamente irregular y capcioso, pues los medios están
obligados a mostrar no sólo toda la información existente en torno a cada caso,
sino también más de una versión, cuando se trata de hechos de los cuales
derivan otros hechos, tanto o más noticiosos e importantes como el que diera
inicio a la secuela. Hagamos referencia a lo que los medios NO han mostrado, a
lo largo de más de tres semanas transcurridas.
Michael
Brown tiene 18 años de edad, su estatura es de 1.8 metros, debe pesar
unos 120 kilogramos, y media hora antes del incidente en que perdiera la vida,
había protagonizado un ROBO a una
tienda de abarrotes cercana, a cargo de un hombre mayor, bajo de estatura,
delgado de complexión, probablemente de un grupo étnico cuyo color de piel es
obscuro, parece pakistaní, indio, aunque como parte de lo que no nos informan,
nada dicen acerca del tendero, ni de su involucración en el grave hecho
noticioso. El asunto es que Michael
Brown, quien estaba acompañado en la tienda por quien parece ser alguien
posteriormente identificado como Dorian
Johnson, su amigo, quien lo acompaña a
todas partes, robó varios productos de los estantes, siendo visto por el dueño
de la tienda, quien trató de impedirle que se fuera sin pagar por los productos
que había sustraído, y el joven de casi dos metros y 120 kilos se abalanzó
amenazante sobre el pequeño tendero, quien no tuvo otra opción que dejarlo irse,
impune. Esto no me lo contaron, aparece en un VIDEO, que como parte de la información ha debido mostrarse a los
televidentes, pero extrañamente los medios no lo han incluido (aunque CNN sí
transmite en loop el videíto de 15 segundos que nada nos dice sobre los hechos
previos, que son esenciales para ir completando el rompecabezas). Pues resulta
que el tendero hizo a la Policía la denuncia del robo y el video sirvió de
respaldo a la denuncia, lo que nos va indicando la razón por la cual los
policías, con la imagen del gigantón ladrón que muestra el Video, procedieron
de inmediato a buscarlo, y una vez localizado trataron de hacer la
correspondiente detención. ¿No es raro que las noticias y opiniones excluyan el
video y la denuncia, que demuestran la conducta previa de la “víctima” y que
los policías no expresaban racismo genérico,
sino que realizaban un procedimiento
rutinario para detener al sospechoso de un delito? Acá el link al video:
Para obscurecer más la situación, el Departamento de Justicia de EEUU
puso objeciones a que se hiciera público el video (del robo a la tienda, donde
aparecen Brown y Johnson), alegando que “pudiera estimular que aumentaran las
protestas” ¿?. También se toma como irregularidad por parte de quienes
protestan, que el testigo clave del suceso, Dorian Johnson, no declaró
sino cuatro días después (siendo cómplice de MB es probable que él estuviera
eludiendo a los investigadores, y por razones obvias no es un testigo fiable). Son
turbias las motivaciones que en lugar de ampliar la información para que el
Público en general pueda formarse una Opinión bien sustentada, buscan reducir
las imágenes, las circunstancias precisas y los antecedentes que permitan ver
el cuadro total, y no seguir dependiendo del encuadre minimizado que se adapte
a lo “políticamente correcto”, que busca complacer a los sectores que en
el pasado fueron maltratados, discriminados, tales como los negros y los
homosexuales, en una especie de aberrada y tardía compensación, que por el
contrario sirve para atizar los resabios que contra esas minorías existan,
precisamente porque pretenden eximirles de algunas responsabilidades actuales,
en pago por las injusticias que hayan sufrido en el pasado, ya relativamente
remoto. Se instalan sistemas de cámaras y grabadores de video en tiendas,
oficinas, instituciones públicas y privadas, para tener pruebas útiles, para
determinar -cuando ocurre un delito- lo que realmente haya sucedido, e
identificar a él o los responsables del ilícito (hurto, robo, agresión,
secuestro, etc), y no se debe eliminar o posponer la utilización de un registro
tan valioso, en aras de la conveniencia política, lo cual de paso, más bien
contribuye a fomentar la desinformación que puede estimular a los bandos
enfrentados a incrementar sus acciones, prolongando la conflictiva situación en
Ferguson, que pudiera agravarse y generar más caos y destrucción, de lo
que ya se ha producido.
El video que la máxima autoridad en materia de Justicia quiere mantener
fuera del asunto, no sólo muestra a la presunta víctima fatal y a su amigo
cometiendo un robo e intimidando al encargado de la tienda para escapar
impunes, sino que fue la base de la denuncia que ese ciudadano hizo ante la
Policía, que habiendo visto el video, tenía la imagen de las personas que
cometieron el delito, lo que explica que al recorrer las calles adyacentes, al
ver a Michael Brown, con la estatura, corpulencia y vestimenta registrada en el
video, procedieran a darle la voz de alto. No hay imágenes, ni fotos ni videos,
ni testigos presenciales cercanos, de lo que sucedió cuando se enfrentaron el
sujeto solicitado y el funcionario policial, de manera que nadie (incluido yo)
puede dar una versión que corresponda con la verdad absoluta. Pudo haber exceso
de parte del policía, como pudo haber exceso de parte del sospechoso, lo
lamentable es que hasta ahora se parte de suposiciones y prejuicios, matizados
de racismo, que funciona en ciertos casos como solidaridad automática en
función de la etnia, la profesión, la edad, la nacionalidad, y otros factores
que hacen converger respaldos emocionales antes que argumentos basados en
elementos racionales y demostrables.
Es sospechoso que muestren imágenes de Michael Brown que corresponden a
cuando tenía varios años menos que al momento de suceder los hechos que
conducen a su muerte, pues no recuerdo que cuando hacen referencia a los
terribles crímenes sistemáticamente organizados y cometidos por fascistas y
nazis, nos mostraran fotos de Mussolini o Hitler adolescentes, como tampoco
quienes denunciaban a la dictadura militar que sometió a Chile del 73 al 90,
habrían permitido que las imágenes a publicar de Pinochet, fuesen las del
cadete Augusto, en sus primeros años en la Academia Militar. Por ello, me
inspiran desconfianza los propósitos de quienes protestan y de quienes
transmiten periodísticamente las informaciones sobre esos disturbios, que
coinciden en mostrar fotos del occiso cuando tenía unos 13 años, con peso,
estatura y expresión diferentes a las actuales, con una corpulencia que lo
hacía visible a gran distancia, así como un prontuario de actividades
delictivas registradas desde que cumplió los 18 de la actualidad (por Ley no se
permite conocer el prontuario anterior a esa edad). Resumiendo, el robo a la
tienda no era su primera proeza negativa, y su tendencia a practicar el bullying
no comenzó con el pequeño tendero al que robó con prepotencia ese sábado 9 de
agosto. Reiterando que no sé qué ocurrió exactamente cuando el policía se
encontró con Michael Brown, eso le corresponde a las investigaciones y
el juicio, en tribunal, no en la calle, con más derecho que quienes muestran
fotos de MB más jovencito, acá coloco una imagen reciente, que nos lo
muestra distinto al ángel inofensivo del que hablan sus allegados e
incondicionales (en segundo plano, su amigo Dorian
Johnson, quien estaba con Michael
cuando ocurrió el robo a la tienda, y aparece en el video incriminatorio). http://s4.postimg.org/5fu4jpl65/Michael_Brown_Photo.jpg
La detestable doble moral que produjo
la exoneración de O. J. Simpson
cuando asesinó a su ex esposa y a su novio (ambos blancos), tan sólo porque no
era conveniente en 1994 encarcelar a
un negro, rico y famoso, pues ello enfurecería a la comunidad “afroamericana”. Aunque la Justicia lo
libró de la cárcel en esa ocasión, le impuso pagar US$ 32 millones a la familia
de las víctimas (y cuando ese clima demagógico había disminuido, pudieron
encarcelarlo en 2008 por robo y
secuestro en Las Vegas, por lo cual Orenthal James, ex futbolista, ex actor, está
en una prisión en Nevada). Hubo una alcahuetería colectiva vergonzosa en torno
a Simpson, una enorme mácula en el panorama judicial de los EEUU. Otro caso
ambivalente es el de Rodney King, un
malviviente, alcohólico y drogadicto, ladrón y agresor consuetudinario, a quien
4 policías en Los Ángeles arrestaron por conducir bajo influencia de alcohol y
drogas estando en libertad provisional, intento de fuga, se resistió al
arresto, durante el cual le dieron una paliza, en marzo de 1991. Al año siguiente, por la absolución de los policías hubo
disturbios que produjeron 53 muertos, 2.400 heridos, 7.000 incendios,
saqueos y daños a 3.000 empresas. ¿Se justificaba todo el caos y
destrucción que esa primera sentencia motivara en los que “protestaron”?
¿Habría ocurrido lo mismo si el agredido por la policía hubiera sido blanco?
¿No había otra manera de presionar para lograr la revisión de la sentencia (lo que
luego sucedió)? ¿Es aceptable el chantaje de las comunidades negras, en función
de su particular interpretación del racismo, ante toda actuación de los
funcionarios del orden que impute a una persona a quien califiquen con el muy
cursi e inapropiado término de afroamericano -a estas alturas-? ¿Tenemos
derecho a ver toda la información sobre cada hecho noticioso, o merecemos ser
tratados como menores de edad, y que las informaciones sean filtradas de
acuerdo a las conveniencias sociopolíticas y económicas de los más involucrados,
o por temor a protestas de grupos violentos? ¿Es más aceptable el racismo
cuando se practica al revés?
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