martes, 23 de febrero de 2021
Homenajes musicales.
Homenajes musicales.
Edgard J. González.-
Manuel Alfredo Sánchez Luna nació en Caracas, el 22 de febrero de 1930, bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez, en una Venezuela de mayoritaria población rural y economía agrícola y petrolera. Desde niño sintió inclinación por el canto, y todavía muy joven participó en un Concurso de aficionados, en el que el apellido Sánchez abundaba, por lo que decidió cambiarlo, y combinó las dos primeras letras de su apellido Sánchez con las tres últimas del apellido del ya famoso cantante argentino Carlos Gardel, a quien admiraba, dando nacimiento a Alfredo Sadel, uno de los pocos venezolanos que han logrado ser admirados internacionalmente. Sus interpretaciones, tanto de canciones románticas y populares como operáticas, alcanzaron la excelencia, dada la innegable belleza de su voz y el esfuerzo que invirtió en capacitarse para elevar la calidad de su vocalización. Fuesen boleros, joropos, merengues, arias, desde sus primeras grabaciones en 78 rpm, hasta su último concierto en el Teatro Teresa Carreño, Sadel obsequió genuino y valioso arte vocal, que afortunadamente quedó registrado en sus múltiples discos. Su extraordinaria calidad como cantante está certificada por los cientos de miles que tuvimos el privilegio de disfrutar de sus interpretaciones, por la Radio, en TV, en las películas en las que participó en Venezuela, México y EEUU (fue probablemente el primer venezolano contratado por Hollywood), y por supuesto, en los tocadiscos de cada hogar, en buena parte del continente americano. Las nuevas generaciones pueden disfrutar de ese portento, a través de Youtube, o de discos de sus padres y abuelos, y lo que dejó grabado debería ser parte regular del repertorio de la Radio y la TV actuales, por sus sobrados y reconocidos méritos.
Pero el objetivo primordial de este artículo, además de reconocer su elevada excelencia artística, busca dar a conocer su extraordinaria calidad como persona y ciudadano. Veinteañero comenzó a saborear la popularidad y fama internacionales, pero Venezuela estaba sometida por la anterior dictadura militar, la perezjimenista, de nov de 1948 a enero de 1958, y aquel joven, arriesgando sus magníficas perspectivas como tenor y actor de creciente éxito, se comprometió con la lucha clandestina para recuperar las libertades, y sirvió de intermediario de los mensajes y planes de los líderes de Acción Democrática, el partido con el cual simpatizó, a cuya causa contribuyó valiosamente. Se casó en la capilla del palacio de Miraflores, apadrinado por el presidente Rómulo Betancourt, con Rosita Rodríguez Barrera, hija de Valmore Rodríguez, uno de los más destacados dirigentes de AD (yo estaba visitando a un primo en Las Palmas, sector del NE de Caracas, y vi pasar la caravana con Rosita y Alfredo, que venían de Miraflores y bajaban de la Cota Mil, el sábado 6 de enero de 1961). Tuvo 3 hijos; Carlos Alfredo Sánchez Barradas, Elvia Sánchez Rodríguez y Alfredo Sánchez Rodríguez.
Resumiré dos episodios que me constan, y demuestran la dignidad, respetuosidad y valentía de este gran venezolano que, sin embargo, nunca perdió su admirable sencillez y simpatía. En los años 80 los profesores de los Institutos Pedagógicos del país, en nuestra lucha gremial por reivindicaciones, pusimos énfasis en separarnos del IPASME (Instituto de Previsión Social del M. de E.) por su insuficiencia para atender al exagerado número de afiliados, y en esas lides me correspondió ser el vocero del gremio, cuando un grupo de nosotros interrumpimos el espectáculo de La voz de oro de Barquisimeto, que se transmitía por Radio y TV desde el anfiteatro de la Feria, a fin de difundir nuestras exigencias al M. de E. Recuerdo la angustia del Prof. Mendoza, de la UCLA, a cargo de la organización y animación del evento (“Tan bello que nos está quedando”), pero cumplimos nuestra misión y por breves minutos dirigí el mensaje que perseguía difundir la razón de nuestra lucha y aumentar la solidaridad por ella. Supongo que los radioescuchas y televidentes se enteraron apenas del comienzo de mi alocución, pues cortaron de inmediato ambas transmisiones (lo aprovecharon como espacio para publicidad), y aunque la corta arenga sí se oyó en el anfiteatro, no apagaron los altoparlantes, el público en las gradas y la casi totalidad de quienes ocupaban el foso, debajo y enfrente del escenario donde yo hablaba, conversaban entre ellos, indiferentes al mensaje y nuestra acción reivindicativa. La única excepción fue Alfredo Sadel, en el foso junto al resto del jurado y otras personas, a quien pude ver, muy serio y prestando atención a lo que yo decía, que siendo sinceros, fue exclusivamente escuchado por él.
En otra ocasión, a un grupo de músicos colombianos contratados para amenizar un baile en Maracaibo, Zulia, los metieron en la cárcel por haber interpretado nuestro himno nacional con ritmo de cumbia o de vallenato. No hubo intención de burla o irrespeto, versionaron nuestro himno en modo colombiano, con el ingenuo propósito de rendir tributo en su lenguaje musical al símbolo que, junto a la bandera y el escudo nos representa. Pero algún funcionario de limitada cultura y sobrado patrioterismo, ordenó aquella obvia y vergonzosa arbitrariedad, que solamente fue protestada, pública y valientemente, por nuestro vertical Alfredo Sadel, cuyo digno y necesario repudio al abuso de autoridad tuvo que ser reseñado por los medios de comunicación, para bochorno de la enorme cantidad de personas vinculadas al quehacer musical, que debieron asumir una posición de defensa de los músicos colombianos, similar a la de Sadel, y por el contrario callaron y permitieron aquel deshonroso atropello. Sadel, el artista y el ciudadano, pertenece a una dimensión de muy pocos elegidos. ¡ Chapeau !.
Armando Manzanero, recientemente fallecido a sus 85 años, fue un prolífico y talentoso compositor e intérprete de canciones románticas, el monarca del bolero durante décadas de productiva y variada creatividad. En un concierto en Chichén Itzá, con una hermosa pirámide maya de fondo este mexicano ilustre nos obsequió uno de sus más populares boleros, “Adoro”, a dúo con el portentoso tenor español Plácido Domingo. Antes de interpretar la canción, Manzanero narró que su abuela era de la etnia maya, y que no hablaba castellano, y cantó porciones de la letra de “Adoro” en maya, el lenguaje en que él y su abuela se comunicaban, indicándonos que “ella se fue de en este hermoso y bendito mundo y nunca habló español”. Hago hincapié en ese señalamiento de Manzanero respecto de su abuela, para resaltar que el compositor no incurre en la incongruencia y el despropósito de los resentidos que, a estas alturas, sólo ven negativas consecuencias en el inevitable proceso de cambios que tuvo lugar a partir de la conquista y colonización hispánica en territorio americano. Toda la evolución de la Humanidad está impregnada de los cambios que derivan de la conquista territorial por parte de un grupo humano que somete a otro grupo humano, y en cada caso ocurre un conjunto de dinámicas (militares, sociales, políticas, económicas, culturales en general), algunas crueles o cuestionables, otras positivas y meritorias, produciendo los avances que nos han traído desde antes de que ocupáramos las cavernas hasta esta contemporaneidad, una cadena de sucesos que han modificado para bien, el grado de civilización alcanzado en cada etapa. En el balance general han sido más los avances que los retrocesos, y somos el irreversible resultado de todo ello.
Se calcula que hace unos 20.000 años comenzó la ocupación del continente que desde 1492 fue “descubierto y colonizado” por los imperios europeos (España, Portugal e Inglaterra). Una capa de hielo permitió el paso de grupos migratorios desde lo que hoy llamamos continente asiático hacia el norte de lo que hoy constituye el continente americano. Luego el hielo se redujo y apareció el estrecho de Bering, obstaculizando los movimientos poblacionales. A esas primeras oleadas de humanos, siguieron sucesivas oleadas, y en casi todo encuentro hubo enfrentamientos por el control del territorio y sus recursos. Organizados en simples clanes de pocos integrantes, medianas o grandes tribus (Sioux, Pieles Rojas, Navajos, Chibchas, Apaches, Cheroquies, Cheyennes, Caribes, Taínos, Yanomamis, Arawacos, Timotocuicas, Panares, Jiraharas, Wayú, Guaraníes, Mapuches, etc), o poderosos imperios (Aztecas, Mayas, Incas), los aborígenes americanos mantuvieron entre sí relaciones tensas, violentas. Con muy pocas excepciones hallaríamos evidencias del Edén que -según los resentidos con enfermiza fobia hacia los europeos que llegaron desde finales del siglo 15- ubica a todos y cada uno de los habitantes indígenas de América en medio de un entorno idílico, donde prevalecían el amor, la igualdad y la justicia, sin grupos dominantes y grupos dominados. Ese Paraíso Terrenal, sin guerras, sin esclavos, sin sacrificios humanos, sin dificultades para sobrevivir, sin diferencias entre los individuos de las diversas agrupaciones nativas, según los hoy “políticamente correctos”, fue destruido por los imperios europeos, a quienes, energúmenos como López Obrador, exigen actos de expiación y compensación por la criminal eliminación del edén pre-europeo, y la imposición del esquema de “salvajismo” impuesto mediante otras religiones, otras lenguas, otras cosmovisiones, siempre malvadas al compararlas con la perfección preexistente, según los que denuncian la megatragedia ocurrida hace siglos, por la que reclaman a las generaciones actuales. Si bastan las diferencias lingüísticas y geográficas, ya Italia habría sido dividida en varios pequeños países, atendiendo a que en algunos espacios con distintos paisajes, hablan también siciliano, napolitano, etc. En Venezuela podríamos rendir culto a la estupidez y crear varios países, basados en las diferencias geográficas, idiosincráticas, sus economías y el modo de pronunciar el idioma español; el de Los Andes, el Amazónico, el Guayanés, los llaneros occidental y oriental, el insular y, por supuesto, el zuliano. La otra opción es que retornemos todos a la época en que disfrutábamos de la igualdad absoluta, y compartíamos el costado occidental de África como felices primates superiores cuadrúpedos, con menos cerebro, sin pasado, sin lenguaje, y sin reclamos por las previas invasiones y los cambios ocurridos subsecuentemente.
Homenaje hermoso y sincero, de Manzanero a su abuela maya, y con ella todos sus ancestros, reconociendo lo hermoso y bendito de este mundo (en el que él y su familia vivieron). Imbécil sería cuestionar a Manzanero por invitar a Plácido Domingo a acompañarle en ese exquisito concierto; Que el maya mexicano le hubiera reclamado al tenor español por presuntas o reales culpas en crímenes que ocurrieron hace docenas de generaciones, pretender modificar la situación lingüística para que prevalezca el maya, mucho menos convocar al renacimiento del imperio maya a cuenta de lo que hubo hace más de 5 siglos. Enorme contraste, con la anacrónica e injustificada actitud de una minoría en una pequeña porción espacial al NE de España, maltratan y discriminan a quienes allí hablen en español, exigen que se hable sólo en catalán, y reclaman un presunto “derecho” a independizarse y fundar un país, argumentando que ya lo fueron en el pasado (algo totalmente falso), y en resumen, prefiriendo la balcanización, crear una caricatura de país, basados en una convicción de superioridad, algo muy nazi, una lengua que hablan sólo 7 millones de personas (hay 500 millones de hispanohablantes en el planeta), y ni siquiera todos los catalanes apoyan el absurdo y obsoleto separatismo, menor respaldo tiene esa aberración si se respeta y consulta a todos los habitantes de España.
Luis María Frómeta Pereyra, desde muy joven apodado “Billo”, nació en Santo Domingo, República Dominicana, el 15 de noviembre de 1915, dedicando la mayor parte de su vida a la música; Compositor, saxofonista, arreglista y director de orquesta. Comenzó en la Santo Domingo Jazz Band con su mentor Freddy Coronado, Francisco Damirón, José Ernesto Chapuseaux (estos dos grabaron exitosos discos de merengues en dueto de pianos), y en 1938 en Caracas, formó una orquesta de baile, primero llamada Billo´s Happy Boys, luego la Billo´s Caracas Boys que durante 5 décadas amenizó las celebraciones bailables de varias generaciones, en Venezuela y otros países, en especial Colombia y las islas Canarias, haciendo su estilo el fondo musical que mejor representa esa época. Murió de 73 años, el 5 de mayo de 1988, y todos los que habían disfrutado de su música fueron sus sinceros deudos.
A Billo le han dedicado muchos homenajes, valiosos y representativos de sus arreglos y la época en que -a mi juicio- ganó esa cordial competencia con las otras magníficas orquestas que ocupaban ese espacio cultural; Luis Alfonso Larráin, Los Melódicos, Chucho Sanoja, Alberto Muñoz, Los Peniques, Porfi Jiménez, Súper Combo Los Tropicales, Dimensión Latina, junto a los cantantes que más destacaron en ellas, como Rafa Galindo, Manolo Monterrey, Víctor Pérez, Víctor Piñero, Cheo García, Memo Morales, Felipe Pirela, Ely Méndez, Verónica Rey, José Luís Rodríguez, Óscar D´León, y otros intérpretes y orquestas que escapan ahora a mi traviesa memoria. Haré referencia a dos de esos homenajes.
En marzo del 2007, en el Auditorio del Instituto Pedagógico de Barquisimeto, UPEL, la Banda de Conciertos del estado Lara “Maestro Antonio Carrillo” ofreció dos conciertos con las partituras originales del gran Billo, y la muy especial participación de tres vocalistas que formaron parte de la Billo´s Caracas Boys; Rafa Galindo, Memo Morales y Verónica Rey. La recreación de la música de la Billo´s fue tan fiel al sonido que producía la orquesta homenajeada, que algunos de los que tuvimos el privilegio de asistir a esos eventos sucumbimos a la tentación y bailamos en los pocos espacios planos de aquel recinto con leve pendiente (descansos en los tres pasillos con escaleras y entre la primera fila y el escenario). Todos los allí presentes, artistas y público, rendimos un muy sincero homenaje al Maestro Billo y su época.
Desde hace pocos meses circula por las redes informáticas un video denominado Free Cover, Homenaje a Billo´s, en el cual un extraordinario ensamble de músicos, en diez minutos nos brinda una acertada selección de breves segmentos de piezas bailables de las que más identificaban a la orquesta Billo´s, con la excelente interpretación vocal de Rafael “Pollo” Brito, y todos los músicos cantando con entusiasmo los estribillos, logrando un resultado excelente, en calidad del sonido, manejo de cámaras, lenguaje corporal, que contagia poderosamente la alegría grupal que ejecuta ese homenaje y obliga a todo el que disfruta de las imágenes y sonidos de ese magistral video, a transportarse en el tiempo, con mente y cuerpo secuestrados por el ritmo y el recuerdo del admirable Maestro al que honran, quisqueyano de nacimiento, venezolano por mutua adopción.
En Google y Youtube cada quien puede disfrutar de lo mejor de los grandes personajes de la música interpretada con excelencia y talento, Sadel, Manzanero y Billo, a quienes dedico este artículo, en las antípodas de la vergonzosa mediocridad, la vulgaridad, la ordinariez de, por ejemplo, el reggaetón.
https://www.youtube.com/watch?v=epK35JPWiKA Sadel, álbum de oro
https://www.youtube.com/watch?v=6akcsMr5gdM “Adoro”, Manzanero y Plácido.
https://www.youtube.com/watch?v=5Be3CLUw2iE Rafael Pollo Brito, Free Cover Homenaje a Billo´s:
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