lunes, 24 de junio de 2013

EL TARGET Y EL PAÍS PARALELO DE CHÁVEZ.

EL TARGET Y EL PAÍS PARALELO DE CHÁVEZ. Edgard J. González.- Son frecuentes las preguntas, en Venezuela y el exterior, referidas a lo absurdo del respaldo popular a caudillos y fórmulas de gobierno decimonónicas, en pleno siglo 21 del tercer milenio DC, en especial bajo aquellos esquemas colectivistas y totalitarios que han fracasado todas y cada una de las veces que han sido implementados. Parte de las explicaciones está en el grado de Ciudadanía que hayan alcanzado los grupos que dan su apoyo a esas anacrónicas fórmulas, que a su vez deriva de la conducta demográfica y del entorno sociocultural en que se desenvuelven. Las sociedades humanas normales están formadas por tres estratos o estamentos básicos: Pobres, Clase Media y Ricos. En virtud de la cantidad de individuos que conforman cada estamento, todos juntos configuran una pirámide, con los pobres en la base y los ricos en la cúspide, pero hay países donde la organización socio-económica ha permitido la movilidad vertical y la figura piramidal muestra una base más reducida, con el grueso de la población en los estamentos medios, llegando los pobres a ser minoría, como también encontramos países cuya dinámica es muy atrasada y la mayor parte de su población ocupa los estamentos de la pobreza, muestran un débil y poco numeroso estrato intermedio, y el sector más pudiente es muy reducido, pero controla lo esencial de la Economía. Por supuesto que la evolución hacia una sociedad con menos contrastes y la mayor parte de su población en posiciones intermedias, dependerá de la diversificación de las actividades productivas, la capacidad de generar empleos y las facilidades para capacitar a los individuos para desempeñarse eficientemente en esa amplia gama de empleos, que son los factores que garantizarán a una Nación que progrese, en un marco legal que todos deben respetar, con el Estado a cargo de garantizar la Seguridad, la Escolaridad y la Salud, y donde cada ciudadano ejerza sus derechos y cumpla sus deberes. La conducta reproductiva hasta comienzos del siglo 20 era muy similar entre los tres estamentos, con prole numerosa, pero también alta mortalidad, tanto infantil como general, lo que había frenado el crecimiento poblacional, a pesar de que los métodos anticonceptivos no existían o cuando surgían no eran difundidos y puestos al alcance de la mayoría. La población mundial se mantuvo limitada por la elevada mortalidad derivada de las enfermedades, los traumas accidentales y los causados por las guerras, así como las malformaciones y defectos congénitos, que diezmaban a los humanos, por el atraso de la Medicina, insuficientes facilidades hospitalarias y deficiente nutrición. Las muertes e incapacitaciones se redujeron drásticamente con los antibióticos y las vacunas, la multiplicación de Hospitales públicos y Clínicas privadas, los avances en Farmacia y Medicina, con los equipos modernos que permiten escudriñar el interior del organismo y realizar cirugías extraordinarias (transplantes, by passes, etc), en ambientes libres de contaminación bacteriana. Todo ello ha aumentado gradualmente la esperanza de vida en los países donde disfrutan de esos adelantos. Paulatinamente fue disminuyendo el número de hijos de cada grupo familiar, es parte del esquema cultural de la época y acompaña al proceso de urbanización, que concentra en pueblos y ciudades a la mayor parte de la población, manteniéndose las minorías poblacionales en condiciones rurales, con patrón reproductivo tradicional y menor acceso a los niveles de sanidad, escolaridad, y atención médico-hospitalaria que les garanticen una mayor calidad de vida y una más alta esperanza de vida. Pero entre los más pobres, con menor nivel educacional formal, más aun si migraron a las ciudades, con mayor hacinamiento y promiscuidad, va surgiendo un nuevo estamento, el de los Marginales, pues por sus características conforman un sector que representa el exceso poblacional en esa porción que ya estaba al borde, en la periferia del conjunto social, con condiciones aun peores que las de los pobres de los cuales provienen originalmente. Mientras fueron pocos, los primeros conjuntos de Marginales no eran tan visibles y producían mínimo efecto en el resto de la sociedad, pero a medida que se reproducen, quienes no tienen ni las condiciones ni los medios para sostenerse a sí mismos, mucho menos para sostener a su prole, van aumentando a mayor ritmo que los estamentos tradicionales, y ejerciendo efectos cada vez más negativos sobre cada país. Maternidad precoz, baja responsabilidad de los progenitores (con frecuencia la prole no corresponde a un solo padre, y como suelen ser del mismo estrato marginal, y sus nexos son circunstanciales, pocos hombres contribuyen con los gastos que los hijos generan). Alta fertilidad, embarazos no buscados pero tampoco evitados, madres a los 13, abuelas a los 26, bisabuelas a los 39. Los niños van a las calles a muy corta edad, de limosneros, cuidacarros o delincuentes (Hogar y Escuela son para ellos opciones remotas). Son una creciente carga para el Estado, saturan los mecanismos de ayuda social (Hospitales, dádivas) -que en lugar de atender emergencias puntuales de pocos, deben paliar la condición crónica de demasiados, lo cual es imposible para cualquier Economía, y si ésta es débil se recarga en la porción de quienes aportan con sus pagos e impuestos, para satisfacer a los que no son productivos-. Pero además esa porción de los que trabajan y producen debe lidiar con las expresiones delincuenciales de los estratos marginales, siendo víctimas de robos, secuestros, agresiones de diversos tipos y asesinatos, y para tratar de reducir los riesgos invierten una importante proporción de sus presupuestos en mecanismos de defensa que contrarresten la criminalidad desbordada: Rejas, cercos eléctricos, alarmas, vigilancia privada, pólizas de seguros, y para los más pudientes, vehículos blindados y escoltas. Y aun así, viven con el permanente temor de que algo grave pueda sucederle a cualquiera de la familia (los delitos se han cuadruplicado desde 1998, Atracos, Secuestros, Robos y Asesinatos, estos últimos se cometían a razón de 4.500 anuales hasta 1998, han alcanzado 19.000 durante los recientes años, y la tasa de impunidad es del 95 %). Entre los marginales, como su calificativo lo indica, nada funciona de acuerdo a los parámetros que rigen para los tres estamentos que constituyen lo interno de lo social, ellos son el excedente y se comportan como tales; Escasamente cumplen escolaridad o incurren en deserción a muy tempranas edades, sobreviven entre la incertidumbre de su origen y la miseria de su presente, sin prospectos para superar sus condiciones, ayunos de raigambre familiar, de conocimientos, y de otra preparación que no los conduzca inexorablemente a seguir conformando esa porción excedentaria donde proliferan los vicios y los delitos. Las pandillas y el consumo de drogas conforman un círculo vicioso que recluta a muy tempranas edades, y el hecho de que la minoría de edad los beneficia, estimula la participación de adolescentes, incluso en actos de sicariato. Los marginales son lo que en la categorización marxista se denomina el Lumpen. Y para colmo, muchos de los que ingresan a los cuerpos policiales provienen de la misma cantera, de modo que llevan la misma formación esencial, Resentimiento, casi Amoralidad, y tenderán a asociarse a sus panas del barrio, antes que a combatirlos. Los marginales están fuera del entramado social, sin Instrucción ni Educación, con valores y conductas absolutamente diferentes de los que ocupan los estratos normales, incluyendo a los pobres. Los del Lumpen invaden terrenos, improvisan las viviendas más precarias, los ranchos, son generadores de problemas, con frecuencia bajo influencia de drogas y en posesión de armas (de fuego o punzopenetrantes), desde escándalos en la vía pública y agresiones por simple gusto, a atracos súbitos, secuestros express o asesinatos. Y en términos reproductivos se comportan desordenadamente, creciendo a un mayor ritmo que los otros estratos (en los cuales la tendencia es a constituir hogares estables, disminuir la prole, progresar en base al esfuerzo propio, sin violencia ni desacato a las normativas sociales y legales), por lo que en países donde llegan a constituir una porción muy importante (y preocupante) del total poblacional (puede ir de 10 a 40 %), en la práctica representan una carga y una fuente de criminalidad para la Sociedad, que debe destinar recursos para atender o reprimir a esta porción, que no produce pero sí exige atención, consume recursos y delinque. Todos los que se autocalifican como revolucionarios son marxistas, y una de las premisas que Marx estableció en su teoría para que pudiera ocurrir la transformación total de la Sociedad, era que la clase obrera hubiera alcanzado cierto nivel de conciencia, lo que exige que haya Industrialización con suficiente desarrollo, pues sin industrias no hay obreros, y sin obreros no hay revolución. Rusia y China no tenían industria desarrollada ni, por lo tanto, obreros que cuantitativa y cualitativamente cumplieran el requisito teórico, quizá por ello ambos experimentos colapsaron (luego de décadas de totalitarismo absurdo, atraso y genocidios), dando paso a híbridos, que hoy mezclan la Economía de Mercado con el férreo control político a cargo de una élite. La URSS desapareció, estalinismo y maoísmo son rémoras del pasado, que sin embargo mantienen insólita vigencia para regímenes trogloditas que en la práctica son cuasimonárquicos, en Corea del norte y en Cuba, ambos fracasados y dependiendo de la ayuda exterior para que su población pueda subsistir, en condiciones deplorables. Hugo Chávez, como para reforzar su condición de payaso con pasticho ideológico, se declaró marxista pero haciendo la salvedad de que NO ha leído a Marx, y escogió como su Target, la porción a la que dedica sus discursos y esfuerzos, al LUMPEN, y los menos favorecidos entre los pobres, de modo que este es el único régimen marxistoide sin obreros, sin campesinos, sin estudiantes, sin intelectuales, pero con una caterva de fidelistas anclados en los años 60 del siglo 20, y el grueso de su respaldo social constituido por el excedente marginal, por el cual no se preocuparon ni ocuparon los gobiernos previos. Durante la dictadura gomecista, la transición de López Contreras y Medina, el paréntesis pro-democrático de la Junta Cívico-Militar y el breve Gobierno de Gallegos, los marginales eran apenas perceptibles. Como la población total hasta 1950, ocupaban más las áreas rurales y no generaban problemas mayores. A partir del 50 más de la mitad de la población venezolana está en los espacios urbanos, y a pesar de la represión de la anterior dictadura militar, Pérez Jiménez Nov 1948-Ene 58, que los mantuvo a raya y bajo la alfombra, siguieron multiplicándose en mayor medida que los otros estratos, en los cuales se reflejaban las tendencias mundiales hacia una reducción de la prole (en lo que también presionaban el creciente costo de la vida y la gradual disminución de las parcelas para viviendas, el tamaño de los apartamentos, las distancias al trabajo y a la Escuela). La aparición y desarrollo de la industria petrolera estimuló un proceso migratorio del campo a los espacios donde la exploración y explotación necesitara mano de obra o servicios para esa población de los campos petroleros. El crecimiento urbano también estimulaba la llegada de cientos y luego miles de migrantes del campo, ante la potencial oferta de empleos en las ciudades, ya fuese en las empresas que proliferaron, en especial a partir de la modesta substitución de importaciones que se propuso durante el primer gobierno de la era democrática, el de Betancourt (59-64), o en la diversidad de oportunidades que se abrían en el sector Servicios, ambos dieron fuentes de trabajo (obreros, empleados, jardineros, cocineros, mesoneros, choferes, vendedores, mucamas, policías, guachimanes, peluqueras, manicuristas, zapateros, etc), pues las ciudades en crecimiento requerían de más empresas y estas a su vez de más mano de obra, tanto en las empresas (públicas y privadas) como en las residencias de la creciente población. Pero la afluencia de migrantes era mayor que la capacidad de generar empleos y viviendas con servicios para los que llegaban espontáneamente, de modo que era indetenible el flujo del campo a las ciudades, por el estancamiento de las actividades agropecuarias, que generaban poco empleo, y la falta de diversiones en los caseríos rurales, que se sentían atraídos por las metrópolis y su presunta oferta ilimitada de oportunidades para trabajar, junto a la variada gama de recreación que no se encuentra en las fincas o los conucos. Ni AD ni COPEI tuvieron nunca un Diseño, un Plan, un Proyecto serio, para enfrentar y resolver el grave problema que la marginalidad, en sostenido aumento, representaba para el país. Fueron apareciendo los ranchos como parches de miseria en las laderas, hasta invadir todos los cerros y cualquier espacio donde la agresividad de muchos, y la negligencia de los que debían hacer respetar la propiedad, se impusieron sobre el respeto a las minorías afectadas y la lógica de que esos procedimientos a nada bueno conducirían. AD y COPEI improvisaron respuestas populistas, paños calientes que no frenaban el fenómeno marginal, el régimen chavista los estimula y utiliza. Son su Target primordial y para ello crea un país en paralelo, pervirtiendo al país tradicional. Todo cuanto dice o hace Chávez va dirigido al sector marginal, y a los variados tipos de resentidos. Su discurso, sus ejecutorias, sus desplantes, insultos, amenazas, chabacanerías, sus modales y aspecto, buscan que se identifiquen con él (y con su “proyecto”) los sectores que en Cantidad son muy numerosos (no hay Censo confiable, a ningún gobierno le interesó conocer al detalle esa preocupante realidad, todos maquillan las cifras a su conveniencia, son MÁS cuando requieren culpar a “los gobiernos anteriores”, son MENOS cuando por demagogia alegan haberlos reducido con las “políticas aplicadas”), pero en Calidad presentan nula preparación académica, resentimientos derivados de su caótica crianza, las condiciones materiales de miseria que les rodean, falta de hogar, violencia y drogas por doquier, se forman entre delitos y carencias de todo tipo, sobreviven en base a viveza o rompiendo las normas y tomando lo ajeno, aun a costa de las vidas de sus víctimas, derivando complacencia del crimen. El grado de desfachatez y crueldad en la comisión de crímenes ha ido aumentando, en la medida en que el discurso oficial los convierte de victimarios en víctimas, convencidos de que ajustician a los culpables de su marginalidad, chivos expiatorios señalados desde el poder, que se beneficia de este clima general de temor a la Inseguridad, paraliza los reclamos de la ciudadanía, que debe conformarse con operativos efectistas. Apareció un tipo que tiró la parada con un golpe sangriento, la VIOLENCIA en que ellos viven, expresada de otra manera, y todos sus discursos, desde la cárcel, desde su peregrinaje ABSTENCIONISTA, (dos elementos con los que los marginales están familiarizados), desde la candidatura REDENTORA Y VENGADORA (lo que esperan), hasta sus abusivas y casi cotidianas cadenas (el abuso es parte de la conducta marginal) en las que les insiste en su muy particular y pervertida versión sobre el origen de la Riqueza y el mal reparto que de ella han hecho los Ricos (que son todos los que posean algo, que alegan no fue obtenido por esfuerzo propio sino por apropiación indebida), y el líder les promete que todo ese esquema va a cambiar para favorecerlos a ellos, a los desposeídos, pues en el enfoque chavista existe una Riqueza X a ser repartida, que brota sola (en la simpleza de la visión goebbeliana, en el caso de Venezuela es el Petróleo, que como es de todos, y todos somos iguales, debe repartirse a todos equitativamente, sin que intervengan la preparación, el esfuerzo y el tiempo que ello requiere, y colorín colorao. Igualmente todos los opositores son oligarcas, burgueses, apátridas, y aniquilables, desde su superioridad revolucionaria). De allí a la Venezuela actual, luego de catorce años de esta prédica, no extraña la inundación de Malandros, con y sin uniforme, Invasiones y nuevas rancherías cada semana, Bachilleres sin cursar Física, Química y Matemática, médicos al 50% de preparación académica, creación de innecesarios cargos, despido de los capaces para meter a los incondicionales (si crece la burocracia, militancia asegurada), el espejismo de la atención in situ, Barrio Adentro (sólo casos sencillos, el resto debe ir a los hospitales, que están en pésimas condiciones), Bodegas que fungen de agencias bancarias (y el régimen se asegura de que las carencias se mantengan, es lo que garantiza la dependencia respecto del padrecito que controla todo, reflejo pavloviano basado en repartos de dádivas que jamás permitan que el individuo se independice). Alimentos subsidiados, de menor calidad y en combos, desviación de recursos de la Economía normal (PDVSA) para poner parches, correr las arrugas, mantener y ampliar la marginalidad y la pobreza, imprescindibles para que su proyecto tenga respaldo. Para el Target, los marginales y los más pobres, cuyo común denominador es la Ignorancia y el Resentimiento, se establece un país paralelo, que funciona para ellos, a la medida de sus expectativas básicas: Paralelos a las Gobernaciones con autoridades electas, no afectas al régimen, el autócrata coloca a funcionarios como Jackeline Farías, Reyes Reyes, Arias Cárdenas, que manejan presupuestos propios con la intención de torpedear la labor de los opositores. PDVAL y MERCAL en los cuarteles o a cargo de militares en operativos de calle, venden alimentos -importados en un 70 %- en trámites exonerados de Contraloría y con altos niveles de ineficiencia (150.000 toneladas que dejaron deteriorar). En el país paralelo se organizan las Milicias, no contempladas en la Constitución ni en la conformación legal de las FFAA, parapeto armado que responde a la voluntad del hegemón, mecanismo equivalente a las Montoneras del siglo 19, pero en lugar de responder a varios terratenientes, sirven a los ilegítimos propósitos del Teniente Coronel, para inducir el miedo entre la mayoría opositora. Ese país paralelo es como un parásito a través del cual se desvía gran parte de los recursos (que debieron invertirse en Mantenimiento de la Infraestructura que ya existía, e Inversión para satisfacer las necesidades de la creciente población), para complacer lo esencial de las necesidades de la porción menos productiva y más manipulable, sin sacarla de su estrato, permitiéndole sobrevivir, agradecida por las dádivas que se hacen pasar por obsequios personales del caudillo, que en retribución exige lealtad a SU proyecto y culto a SU “personalidad”. La Nación se ve relegada a un segundo plano, para dar prioridad al sostén de la anacrónica revolución, con la marginalidad, el resentimiento y la viveza criolla en el centro, y el grueso del país sometido a una gradual exclusión, de un régimen que prefiere colocar analfabetos absolutos o funcionales donde deben estar los profesionales y técnicos con la suficiente preparación y experiencia, ignorantes que acepten la versión adulterada de la Historia y la Economía, en vez de personas con formación que detectan las falsedades en la óptica del oficialismo, actos aclamacionistas en lugar de expresiones culturales, lo mediocre substituye a la excelencia, la calidad mínima desplazada por el bagazo resultante de la eliminación de las exigencias académicas y laborales. Apagones y agua no potable, carreteras y autopistas en mal estado, iluminación y señalización deterioradas, policías escoltando a dirigentes y altos funcionarios, desguarnecidas las calles y la población, constantes ataques a la empresa privada (4.000 han cerrado, cientos han sido invadidas o expropiadas, para desvalijarlas o quebrarlas, la Polar sigue bajo asedio) mientras benefician a las de los países de la circunstancial alianza, con sus gobernantes implementando en Nicaragua, Ecuador o Argentina, similares esquemas de demagogia y populismo. Dos piezas de ese demagógico ajedrez ya no están sobre el tablero, Zelaya y Lugo, fueron por lana y salieron trasquilados). Entre las prioridades pospuestas en Venezuela, resaltan 1. la Diversificación de la Economía, para reducir el peso de lo petrolero y generar más empleos, 2. la genuina Autonomía de los Poderes (con profesionales independientes y capaces, que impidan los excesos y garanticen el imperio de las leyes en pro de la Justicia), 3. Implementar los mecanismos idóneos para frenar el crecimiento demográfico desordenado y excesivo, lo que requiere simultáneamente de poner al alcance de los más necesitados la Educación básica que les oriente hacia la paternidad responsable y la conducta ciudadana, junto a la capacitación para el trabajo, la creación de empleos en cantidad suficiente, y toda la infraestructura de viviendas y servicios que permita el disfrute de una satisfactoria calidad de vida, aun para los de menores ingresos. Las desigualdades e injusticias no se superan aplicando la bastarda política de los vasos comunicantes, sacar de donde hay para poner donde no hay, el reparto de lo ajeno, la propiedad privada de los que se han esforzado por mucho tiempo para obtenerla, usada como escapulario a ser distribuido por el mandamás de turno, quien se gana las indulgencias de los que reciben lo que otros lograron. Eso siempre ha llevado al estancamiento y la miseria, pues lo único que se iguala a la postre es el desdén por el trabajo, quien más se esfuerza beneficia a los que nada hacen, y por ello mismo deja de esforzarse y la sociedad colapsa (entonces debe proyectar ese parasitismo endémico hacia otra Nación que pueda ayudarlos a sobrevivir, es lo que ha hecho Cuba, primero con la URSS, ahora con Venezuela). Los caudillos tipo Chávez sólo tienen vigencia en países con gran proporción de población ignorante, resentida y acostumbrada a que el Estado se encargue de ellos, lo que aprovechan los politiqueros de oficio. Demagogos como Chávez, Correa, Ortega, en Europa o Norteamérica serían indigentes de la política, personajes curiosos que vienen a enriquecer el folklore menor, nunca personas a quienes la mayoría respaldaría para que dirigieran los destinos del país. Irónicamente, algunos europeos y norteamericanos ven con simpatía a estos miserables hipócritas que en mala hora implementan en nuestros países lo que ni en broma ellos aceptarían en los suyos. Somos su Parque Temático, y esta barbarie es el entretenimiento de los Ramonet, los Chomsky y otras alimañas, cuyos valores no están reñidos con los del Totalitarismo.

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