domingo, 12 de marzo de 2017

Dos Armstrong, en agosto con lluvia.


Dos Armstrong, en agosto con lluvia
         30 Agosto, 2012


Neil Alden Armstrong; Nació y murió en el estado de Ohio, EEUU, 5 de agosto de1930 y 25 de agosto del 2012 respectivamente. Ya ese dato nos muestra a un hombre humilde, que pudiendo explotar de diversas maneras su extraordinaria condición de ser el primer humano que pisó la superficie lunar, el 20 de julio de 1969, no se dejó cambiar por las circunstancias que le ofrecían fama y fortuna fáciles, y permaneció de bajo perfil. Pocas entrevistas concedió, no participó en ninguna campaña comercial para endosar un producto, y se mantuvo fiel a su estado, a su familia, a sus raíces y a sí mismo, durante los admirables 82 años que vivió plenamente.
Sus primeras palabras, al pararse sobre la superficie de nuestro satélite natural, fueron: “Es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la Humanidad”. Pero enseguida pronunció otras cuatro palabras, “Buena suerte Mister Gorsky” que intrigaron a todos los que se enteraron de ellas, y mantuvo el suspenso hasta que las personas a las que involucraba el comentario ya habían fallecido (así de absoluto era su respeto por los demás).
Pasaron décadas hasta que pudo explicar que, siendo un muchacho que jugaba con sus amigos, tuvo que ir a buscar una pelota al jardín de sus vecinos, y cerca de la ventana escuchó a una mujer que decía enardecida: “¿Sexo oral? ¡ Cuando el hijo del vecino pise la Luna !”. Jamás imaginaron ella y el resto de los habitantes del planeta, a comienzos de la década de los 40, que esa utopía dejaría de ser lo que todos consideraban ficción, para convertirse en asombrosa realidad, con el hijo de sus vecinos como primordial protagonista del Programa Apolo, y precisamente quien, no sólo pisó la Luna, sino que fue el primero en llevar a cabo esa hazaña esplendorosa y rodeada de enormes riesgos.
Y ya tenía Neil muchos méritos anteriores, piloteó 78 misiones de combate en la guerra de Corea, probó más de 200 aeronaves experimentales, incluyendo el avión cohete X15 que volaba a más de 6.000 kph, en el borde superior de la atmósfera.
Seis misiones lograron alunizar (el Apolo 13 tuvo serios percances que abortaron su alunizaje y forzaron su regreso, en medio de constantes peligros que amenazaban la integridad de sus tres astronautas). En cada Misión iban tres tripulantes, pero uno debía permanecer a bordo de la nave nodriza mientras los otros dos bajaban a la superficie del satélite en el módulo lunar, por lo que en total apenas doce hombres han estado sobre la Luna (Apolo 11, 12, 14, 15, 16 y 17), y Neil, el púber vecino de los Gorsky, fue el primero, y mantuvo su majestad, su humildad, su modestia, su profundo respeto por los otros, hasta el final de su envidiable y ejemplar existencia. Le acompañó Edwin “Buzz” Aldrin en el Eagle sobre la Luna, y Michael Collins circunvolaba en la nave nodriza, que los trajo de regreso a la Tierra. Se nos fue Neil, nos quedan su hazaña y su ejemplo.
Lance Armstrong; Hombre perseverante y deportista. Lance Edward Gunderson, nace el 18 de septiembre de 1971, en Austin, Texas. Al norte de Dallas, donde casi 8 años antes asesinaron al presidente John Fitzgerald Kennedy, con quien tiene algunas semejanzas, por sobreponerse ambos a una terrible enfermedad y lograr buena parte de los difíciles retos que se propusieron. Lleva el apellido del segundo esposo de su madre, quien lo adoptó, desde los tres años.
Comenzó en la Natación, pasó al Triatlón a los 16 años, para luego dedicarse exclusivamente a la Bicicleta, ganar en varias competencias, especialmente en Europa, donde el Ciclismo tiene más tradición y popularidad. En 1996 le descubrieron cáncer en un testículo, con ramificaciones en pulmones y cerebro.
Le extirparon el testículo y los tumores cerebrales, escogió una quimioterapia que le permitiera mantener su capacidad respiratoria y, por ende, su rendimiento sobre dos ruedas. Volvió en 1998 a correr en Europa, desde 1993 participó en el más prestigioso certamen, el Tour de France, que el grande Miguel Induraín había ganado cinco veces consecutivas, y Lance ganó en siete ocasiones seguidas, de 1999 al 2005. Participó otras veces, pero no volvió a obtener la victoria, y se retiró definitivamente en el 2011.
El 24 de agosto próximo pasado, la USADA (United States AntiDoping Agency) anunció que tratará de despojarlo de todos los títulos que obtuvo desde 1998, a pesar de que en varias oportunidades ha sido absuelto luego de investigaciones muy completas, de los cargos de haber ingerido substancias prohibidas. Una minoría se alegra y respalda este absurdo, aquellos envidiosos que se saben incapaces de alcanzar logros ni siquiera por debajo de la extraordinaria marca de siete victorias consecutivas en la competencia ciclística más exigente y de mayor proyección mundial, el Tour de Francia. Pretenden arrebatarle con acusaciones y “pruebas” extemporáneas, lo que no pudieron ganarle en buena lid, sobre el asfalto.
Tras cada competencia se le hace una prueba de orina a quienes ocupan los primeros puestos, y la mediocridad de los que quieren vencer a Lance a la distancia, intenta descubrir ahora lo que los exámenes inmediatos no encontraron, cuando han transcurrido entre 7 y 14 años de los 7 Tours en que obtuvo las Victorias que por maldad y envidia quieren desconocerle. Equivale a que me anularan el título de Profesor que me otorgara el Pedagógico de Caracas en 1968, porque alguno de los alumnos que salió reprobado por mí “descubrió” que no devolví un libro prestado de la Biblioteca hace 46 años.
“Llega un punto en la vida de cualquier hombre en que tiene que decir: ‘Ya es suficiente’. Para mí, ese momento es ahora. “He lidiado con las acusaciones de que hice trampa y tuve una ventaja injusta al ganar mis siete Tours desde 1999. En los últimos tres años, he sido sujeto de una investigación federal criminal de dos años, seguida por la cacería de brujas inconstitucional de Travis Tygart. El costo de esto para mi familia, y mi trabajo para nuestra fundación y para mí, me lleva a donde estoy ahora, harto de estas tonterías”; Lance Armstrong, 26 08 12.-
No se paraliza ni se intimida ante las adversidades. Venció al cáncer, a cientos de buenos corredores en las competencias en que ha participado (y ganado, que son muchas más que esos gloriosos SIETE Tours de Francia, consecutivos), se enfrenta a las múltiples dificultades a que conlleva la dinámica de una Fundación contra el Cáncer, en la cual su prestigio y esfuerzo constituyen el motor primordial, lo que le consigue suficientes patrocinantes para mantenerla funcionando eficientemente.
Se ha casado dos veces, del primer matrimonio tiene un varón y dos gemelas, del segundo un niño. Es agnóstico, y su pensamiento se resume en esta inteligente reflexión: “Al final de la vida, si hay alguien allí que tenga que juzgarme, espero que lo haga en relación a si he vivido una vida honesta, no a si he leído determinado libro o si he sido bautizado. Si hay un dios, al final de mis días espero que no diga: ‘Pero tú nunca has sido creyente, así que vete en dirección opuesta al cielo'”.

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