La Fiesta Brava, bemoles y sostenidos.
Edgard J. González.
Prólogo necesario; En la Tierra, nuestro planeta y único
hogar, existen tres reinos. 1º El mineral,
cuyos elementos inertes conforman el 98%
del volumen total del esferoide con 40.075
kmts de circunferencia ecuatorial, y 12.735 kmts de diámetro promedio, con
una corteza superficial que tiene de 5 a 70 kmts de espesor, máxima
elevación de 8.000 metros sobre el
nivel del mar (Pico Éverest), máxima profundidad de 7.000 metros bajo el nivel del mar. 2º El vegetal, y 3º el animal, con especímenes que son
dinámicos, tamaños que van de lo
microscópico a lo macroscópico, elementos que se desarrollan, se reproducen y mueren a diversas edades (desde
pocas horas en algunos insectos,
hasta varios siglos en los árboles
llamados Sequoias, tortugas bicentenarias y los mamíferos con duración de pocos años hasta más de diez décadas, en
algunos casos de paquidermos y homo sapiens. Pero estos, los últimos en
aparecer (evolucionan separados de sus primos los simios, primates superiores, Gibbón, Orangután, Gorila y Chimpancé, desde
hace 7 millones de años) son la única especie con capacidad de razonar
y por ello trascender el limitado
conjunto de instrucciones que indican a cada especie cómo sobrevivir en el
espacio que ocupa. El gradual crecimiento
y desarrollo del cerebro humano le permitió introducir nuevas maneras de adaptarse al medio para incrementar sus
posibilidades de sobrevivir, dejando atrás el estadio de recolectores y cazadores, para convertirse en criadores, cultivadores, elaborando herramientas, dominando el fuego,
la madera, la piedra, los metales, aprovechando el agua y el viento, creando el
lenguaje, la rueda, la palanca, el sedentarismo, la organización social, la
civilización, generando grandes cambios en cada paisaje que habita. Somos
también la única especie que de sus
esfuerzos -bélicos y pacíficos- deriva juegos, competencias, rituales y
tradiciones. Se disfraza en Carnaval, hace procesiones religiosas,
vacaciona en verano, intercambia regalos en navidad, organiza olimpíadas,
campeonatos deportivos, exposiciones de arte y literatura, viaja por tierra,
mares y cielos, en vehículos diseñados y construidos para trasladar a docenas,
centenas, miles, a escala intra e inter continental. El homo sapiens es el único animal multifacético y
constantemente produce cambios y avances,
aunque también en ocasiones retrocede o
causa mucho daño a sus congéneres y al planeta.
Los
diversos grupos sociales que conforman la Humanidad, han diseñado juegos y competencias derivadas de sus actividades
productivas, defensivas / ofensivas; Carreras de caballos pura sangre, o de
saltos, Tiro (con arco y flecha, con armas de fuego, lucha, judo, kárate,
halterofilia, salto de garrocha, salto alto, maratones, carreras en pista,
natación, fútbol, beisbol, basketball, volleyball, bádmington, tenis de cancha
y de mesa, ciclismo, carreras de autos, de motos, de trineos, de tablas de
surf, de lanchas y de veleros, concursos de perros de raza, competencias de
esquiadores, Curling con bolas de granito, toros coleados, peleas de peces
Beta, de perros, de gallos, boxeo, kickboxing, la fiesta brava.
Cada persona tiene sus preferencias respecto de las actividades a las que dedican
su tiempo de ocio (contrario al negocio, basado en la inversión para
obtener ganancias y el trabajo para obtener ingresos propios, aunque muchos
vinculados al ocio sean profesionales que obtienen un ingreso, la absoluta mayoría de los seguidores de cada
tradición o deporte no busca lucro y
hasta paga por disfrutar).
Yo
considero que la mayoría de los deportes
ofrecen un magnífico entretenimiento y las competencias internacionales son
el muy positivo escenario donde se
enfrentan amistosa y gallardamente países que en otros espacios y
circunstancias han incurrido en horribles conflictos y confrontaciones bélicas.
Pero repudio las actividades en las cuales dos
o más animales son obligados a agredirse, causarse graves daños, incluso la
muerte, para incentivar apuestas y
satisfacer el enfermizo morbo de cierto público. No me gusta el boxeo,
menos el kickboxing, pero como dos individuos se meten voluntariamente al ring
a golpearse, lo cuestiono pero no pienso
que debe ser erradicado al no involucrar terceros inocentes e indefensos, y
ser consensuado entre los contendores.
La
Fiesta Brava o Tauromaquia, es parte
de las tradiciones de España, que se trasladó a varias de sus colonias en
América, aunque es en la madre patria donde goza de mayor afición y prestigio. En una
plaza redonda rodeada de gradas, estilo coliseo romano, se desarrolla el
enfrentamiento contra un toro de lidia, una raza noble y agresiva, y un grupo
de personas que, además del protagonista principal, el torero o matador, incluye un picador a caballo, y asistentes que se
ocupan de colocar banderillas y de atraer al astado cuando es menester alejarlo
del torero, distraerlo o forzarlo a moverse.
A
diferencia de los “animalistas” que exigen la eliminación absoluta de esta actividad,
yo 1º comprendo que eliminar la Fiesta Brava
conduciría a la extinción del toro de lidia, 2. reconozco la valentía de ponerse frente a
un toro de 400 kilos, que embiste con gran fuerza, y 3º la
belleza y el Arte que derivan de los pases -con capote o con muleta - ejecutados con destreza y logrando
innegables niveles de estética y arrojo. Pero mantengo mis reservas
respecto de las dosis de crueldad
presentes en las acciones del picador,
introduciendo la punta metálica de una lanza en el lomo del toro, y de las
banderillas que le clavan en los costados, ambas acciones para debilitarlo
y causarle dolor, al único participante de
las corridas que no está allí voluntariamente. A mi juicio la pica y las
banderillas son prescindibles, y sin esas dos faenas el torero aumentaría sus méritos, al enfrentar a un toro en la
plenitud de sus facultades, sin las torturas provenientes de la pica y las
banderillas. También la estocada con
la que culmina su labor el torero tiene su elevada
dosis de tortura, pues el acero queda atravesado en buena parte del cuerpo
del toro, y con capotes lo incitan a voltear a lado y lado, a fin de que, con
esos movimientos, el estoque haga más daños internos, hasta que el noble animal
colapsa (y a menudo deben rematarlo con la puntilla cortando su médula
espinal). Ese espectáculo sería más justo si
al torero le hicieran lo mismo, pica y banderillas, para que ambos
estuvieran en semi-igualdad de condiciones, pues el toro no está en ese ruedo por voluntad propia, ni se lucra con esa
actividad.
Quítenle
las torturas a la “Fiesta Brava”, la
crueldad exclusivamente dirigida a dañar
y debilitar al toro, y no habrá argumentos válidos en contra de esa
tradición hispana. [Las banderillas se pueden mantener, poniendo al toro un peto protector de sus flancos, con kevlar y
cuero]. Hay dos variantes que no incluyen daños al toro, la que reúne a un
grupo en fila india que trata de frenar su embestida, con el primero de la fila
agarrándole por los cuernos, y la de jóvenes que realizan osados saltos sobre
el animal, sin que le causen daños, manteniendo
su agresividad y peligrosidad, y el atractivo por esa actividad.
Que
las corridas de toros sean parte de la tradición y cultura de un pueblo, con
siglos de existencia, no son suficiente argumento para impedir introducir
algunos cambios, que erradiquen lo que choca con el nivel de Civilización que
le corresponde a toda sociedad actual, y depuren la Cultura de lastres y
rémoras hoy injustificadas (como las praxis de la Ablación, la discriminación excluyente y perjudicial por color de piel,
por ser mujer, por ser homosexual, por la ideología política o religiosa, por
la condición económica). La
Humanidad, en correspondencia con su denominación, ha dado avances legislando en contra del maltrato de los
humanos a los animales, prohibiendo la mutilación de orejas y rabos en
mascotas, exigiendo que las langostas de mar sean sedadas antes de ser hervidas
para su consumo, regulando la tenencia y manipulación de animales, para reducir
el hacinamiento y las crueldades durante su cría, utilización y/o beneficio.
¿Por qué deben considerarse las plazas donde se celebran corridas de toros
exoneradas de esas normativas humanitarias en favor de los animales?. Sin la crueldad sobrevivirían los toros de
lidia y la Fiesta Brava, y aumentarían sus méritos, su atractivo, y la afición.
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