jueves, 27 de abril de 2017

Entebbe en el Guaviare ¡Rescate!


Entebbe en el Guaviare ¡Rescate!


El Ejército colombiano acaba de realizar una operación militar equiparable a las más arriesgadas, exitosas y espectaculares que hayan protagonizado los ejércitos del primer mundo. Recordamos ahora la serie de operaciones destinadas a engañar al muy poderoso ejército alemán, para obligarlo a desviar sus tropas hacia lugares de la costa de Europa distintos de aquel donde efectivamente se produciría el desembarco de los aliados (Día "D", 6 de junio 1944), que llevaría a la derrota del criminal experimento nazi. Pero, por su escala y lo quirúrgico de sus actuaciones, asociamos lo sucedido el miércoles 2 de julio en la zona del Guaviare, con la increíble acción desarrollada por un grupo élite del ejército israelí en julio de 1976, en el aeropuerto de Entebbe, al sur de Kampala, Uganda. Allí permanecían 105 judíos, pasajeros de un avión secuestrado por extremistas. Cuatro aviones Hércules y dos Boeing sobrevolaron de noche el enorme espacio que separa a Israel de Uganda, a baja altitud para evitar los radares, aterrizaron, y en vehículos que traían dentro de los gigantescos Hércules, llegaron al edificio donde se produjo el inevitable enfrentamiento armado y el rescate, con sólo cuatro bajas, el Tte.Cnel Yonatan Netanyahu a cargo de la operación (cuyo hermano sería Primer Ministro de Israel 96-99), y tres de los secuestrados, en medio de la oscuridad y el tiroteo, que eliminó a los 7 secuestradores y 45 de los ugandeses que los protegían.
Luego de diversos golpes a la banda terrorista más numerosa en la hermana Colombia -el ELN tiene menos gente y practica el terrorismo en menor escala- (el bombardeo al campamento permanente de Raúl Reyes en la faja fronteriza ecuatoriana, las muertes del Negro Acacio, Iván Ríos, Marulanda, las desmovilizaciones de importantes grupos, la entrega de la sanguinaria Negra Karina, la certificación de autenticidad del contenido de las laptops de Reyes por parte de la Interpol (ahora en manos de Scotland Yard), viene ahora esta certera operación a darle un puntillazo a unas FARC debilitadas y en proceso de desmantelamiento. Inteligentes maniobras, aprovechando las pésimas comunicaciones que deben existir entre los grupos que operan en distantes frentes (la excesiva confianza en los celulares permitió localizar y bombardear el campamento ecuatoriano de Reyes, por lo que ahora deben estar prefiriendo usar señales de humo antes que electrónicas de cualquier tipo, para evitar ser detectados), lograron penetrar al llamado Secretariado de las FARC, los siete jefes, y enviar mensajes en su nombre a quienes mantenían separados, en tres grupos distantes entre sí, a los quince secuestrados, entre quienes estaban Ingrid Betancourt, los tres estadounidenses y once colombianos miembros del ejército y la policía, con hasta diez años de tortura impuesta por los violentos.
El ardid logró engañar a quienes mantenían en itinerantes cárceles a los quince secuestrados, haciéndoles creer que por órdenes del Secretariado debían llevarlos a un punto de encuentro, donde una Misión internacional se encargaría de trasladarlos para un intercambio pautado por Alfonso Cano y los otros jefes de las FARC. En helicóptero y con vestimentas que incluían la figura del Ché Guevara, haciéndose pasar por gente autorizada por los jefes supremos, llegaron a buscar a los quince, quienes fueron forzados a colocarse esposas para ingresar a la aeronave, crueldad que confirmaba que se trataba de guerrilleros, cuyas medidas de seguridad debieron cumplir a regañadientes. Dos de los encargados de la custodia y el traslado por la selva, *César y Gafas, subieron también al helicóptero, esperando reunirse con los jefes del Secretariado, que ellos suponían habían organizado todo este operativo. Una vez en el aire, lejos del resto de guerrilleros, sesenta aproximadamente (a quienes hubieran podido reducir fácilmente, luego de alejarse el helicóptero con los rescatados), mientras dos tripulantes piloteaban los otros procedieron a someter a los dos comandantes* de las FARC, y comunicaron a los que aun se creían secuestrados, la verdad; que esto era un operativo del Ejército de Colombia y que ya eran libres ! (El plan contemplaba maniatarlos antes de entrar al helicóptero, para evitar que este grupo de quince secuestrados, que habían demostrado valor y entereza a lo largo de tantos años, intentara aprovechar su ventaja numérica y someter a quienes consideraban parte de las FARC).
Los dos detenidos están a las órdenes de la Justicia, probablemente serán extraditados en virtud de numerosos cargos anteriores. Los tres estadounidenses de inmediato emprendieron vuelo hacia EEUU a reunirse con sus seres queridos, y los doce rescatados colombianos llegaron en avión al aeropuerto El Dorado de Bogotá, donde se improvisó una rueda de prensa, con breves intervenciones de cada uno. En segunda aparición, rodeados del Presidente Uribe, el Alto Mando Militar y Policial, tuvieron ocasión de expresarse con más comodidad, y muy especialmente declaró y respondió preguntas la persona que fuese considerada como la Joya más valiosa por los mismos secuestradores, Ingrid Betancourt. En comparación con las supuestas dos liberaciones anteriores, en esta oportunidad no vimos incongruencias ni artificios. Primordialmente observamos autenticidad en cada uno de los rescatados, ni afeites, ni retoques, y sobre todo, nada del hipócrita y muy fingido Síndrome de Estocolmo que caracterizó muchas de las expresiones de los “liberados” que, tras años de privaciones y torturas se despedían cariñosamente de sus captores, “como si regresaran de algún plan de turismo de aventura en el que la empresa incumplió algunas de las actividades que les había ofrecido, pero en términos generales casi todo había resultado satisfactorio”.
Expresaron muy claramente, sin ambigüedades ni complacientes actitudes, que venían de un vía crucis cuyos responsables son las FARC, quienes arbitraria e injustamente los sometieron por la fuerza de las armas, maltratándolos a lo largo de los años que cada quien tuvo que soportar en humillantes condiciones, y que agradecían a los colombianos -que en su mayoría demostraron solidaridad y apoyo para los secuestrados y repudio a las FARC-, al Ejército de Colombia, que no los olvidó, se ocupó permanentemente de sus familias y finalmente logró rescatarlos sin siquiera heridos qué lamentar, y al Presidente Uribe, cuya perseverancia ha dado muchos frutos estos últimos años, en su empeño por alcanzar la Paz y reducir a la minoría que persiste en utilizar la violencia y el crimen para imponer sus anacrónicos esquemas.
Ingrid aumentó su estatura aun más (ya venía de dictar cátedra de Dignidad al negarse a hablar para la prueba de vida que necesitaban las FARC, ansiosas por mejorar su contradictoria imagen ante un mundo que ya no las veía con el romanticismo de antaño, cuando no se conocían sus nexos con el narcotráfico, los secuestros, la recluta y prostitución de menores, y otras prácticas terroristas), al reconocer la eficiencia del Ejército y del Presidente Uribe, cuyo carácter y reelección impidieron el relajamiento en la lucha frontal contra los violentos. Destaca la verticalidad demostrada por estos doce colombianos, quienes mantuvieron sus convicciones democráticas bajo tan difíciles circunstancias, soportaron las vejaciones sin quebrarse ante sus captores, e invitan a seguir luchando por lograr la Libertad de quienes quedaron en las selvas, sometidos por la prepotencia de las armas y el anacronismo del pensamiento que pretenden imponer a la mayoría, que los rechaza y repudia. También resalta el buen uso del idioma en las declaraciones tanto de Ingrid Betancourt como de los soldados y policías que tomaron la palabra para denunciar los atropellos de las FARC y su solidaridad con los que aun permanecen secuestrados.
Como a la mayoría de los colombianos y los demócratas del mundo entero, nos alegra y emociona este rescate, y el tremendo revés que sufrieron los falsos luchadores sociales de las FARC. Nos llenamos de esperanzas porque la nueva situación conduzca al pronto rescate de quienes aun quedan en la degradante condición de secuestrados de esta banda criminal, en condiciones infrahumanas y humillantes. También falta rescatar a Yolanda Pulecio, la madre de Ingrid, y otros de similar comportamiento, quienes permanecían en la muy vergonzosa posición de buscar la Libertad de su Ingrid sin importarles que para ello le hayan hecho comparsa, en forma obsecuente e inescrupulosa, a los principales cómplices de las FARC, Piedad Córdova, Hugo Chávez y Rafael Correa, camaradas de los verdugos de Ingrid y todas las víctimas que ella representa. Por ironías de la vida, se plegaron a los ataques sistemáticos, cobardes e injustos de estos tres factores, contra el hombre que hizo posible el rescate de Ingrid y los otros 14 secuestrados, el Presidente Álvaro Uribe, quien demostró que se puede tener éxito en la lucha contra las FARC y por la Libertad de los secuestrados, sin violar los Derechos Humanos ni permitir que los violentos impongan sus condiciones, dirigidas a doblegar a toda una Nación y la estructura democrática que las mayorías respaldan.

* Publicado en los portales Analítica y Noticiero Digital. Julio 2008.-

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