miércoles, 9 de marzo de 2016

Dramas e Hipocresías en el Mediterráneo.

Dramas e Hipocresías en el Mediterráneo.
Edgard J. González.

ANÁLISIS SUPERFICIAL; Asombra y preocupa la extrema simpleza con la que algunos opinadores resuelven, cual jueces superiores y exquisitos, un asunto tan complicado como el que se origina en esos espacios simultáneamente azotados por Economías disfuncionales, regímenes despóticos, y el reciente brote de fanatismo e intolerancia bestial que representan el Califato Islámico y Boko Haram. Para las audiencias de los medios y para los alienados a las distopías marxistoides de la ultraizquierda mundial, en este proceso de constante flujo migratorio desde el norte del continente africano y la porción occidental del Asia, hacia Europa, con el diario y trágico saldo de atropellos, naufragios, heridos y muertos, los villanos siempre son los gobernantes de los países de Europa hacia los cuales se dirigen las decenas de miles de refugiados.

LA NUEVA MIGRACIÓN; La tradicional provenía de Latinoamérica, África y Asia, motivada por razones esencialmente económicas, el crónico desempleo y las consecuentes insuficiencias en países monoproductores, con reducida capacidad de generar empleos a la creciente población. También los desbalances entre países del continente europeo, producían migraciones internas, hacía las naciones con Economías más fuertes y diversificadas, con cupos para mano de obra no calificada. Pero ahora la causa es mixta, la pobreza extrema motiva a numerosos grupos de África a buscarse la vida en Europa, pero la aparición de dos grupos más extremistas que los hasta ahora conocidos (Califato y Boko Haram consideran conciliador a Al Qaeda), ha sido el detonante de una nueva oleada, la proveniente de Siria, Iraq y en menor medida Afganistán (donde sembraban el terror los Talibanes). Hay entonces tres oleadas principales; 1. La que intenta pasar directamente a España saltando la valla que marca la frontera de Ceuta y Melilla, Ciudades Autónomas en reducidos territorios en la esquina noroccidental del África, vecinas de Marruecos (al sur de este país un contingente menor trata de llegar a Islas Canarias, Comunidad Autónoma de España, a un costado de África, en el Atlántico). 2. La de quienes intentan llegar a cualquier costa del sur de Europa, con más énfasis en las islas al sur de Italia y Grecia, como escalas de paso para adentrarse en el viejo continente, desde las costas del norte del África (la mayoría sale de Libia), y 3. La de los que optan por ingresar a Turquía, por mar o por tierra, para seguir ruta por la península balcánica y Hungría, simples escalas en su ruta al país en el cual esperan unas mejores condiciones, de permisividad legal, solidaridad social, posibilidades de trabajo, vivienda, escuela y raigambre (las preferencias señalan a Alemania y Francia en los primeros lugares, España, Inglaterra y Suecia ocupan los segundos lugares de favoritismo, aunque estos dos últimos no son entusiastas anfitriones). Alemania, Francia y España ya se comprometieron a recibir respectivamente 31.000, 24.000 y 15.000 refugiados, de un total de 120.000 que la Unión Europea acordó aceptar y distribuir entre sus miembros.

La primera oleada es más tradicional, aunque han aumentado las cantidades de los que a diario intentan pisar suelo español, la mayoría huye de la pobreza y el desempleo en la región noroccidental del África. El grueso conforma un embudo, en ese reducido territorio que España mantiene frente al Estrecho de Gibraltar, las mencionadas Ceuta y Melilla, por donde buscan ingresar a España grupos de migrantes, en su mayoría hombres, jóvenes, sin familia, provenientes del propio  Marruecos, pero también de Mali, Níger, Nigeria (y en el área esta la República Árabe Saharaui Democrática, territorio en disputa entre Marruecos y el Frente Polisario, desde que España rompió sus lazos coloniales con su ex colonia en 1975, conflicto armado estancado desde 1991, con permanente intervención y mediación de la ONU. De 82 países que la reconocieron al nacer, 42 mantienen relaciones regulares, el resto las ha “suspendido o congelado”). Una proporción menor es la que se aventura en el Atlántico hasta alcanzar alguna de las Islas Canarias, archipiélago en el que destacan 7 islas mayores, a 100 kmts de la costa africana, a 1.000 kmts de la península ibérica. Para los que llegan Canarias ya tiene preparados los Refugios y toda la Logística necesaria para atenderlos humanitáriamente.

La segunda y tercera oleadas no son del tipo tradicional, tienen en común que son causadas por la reacción de los grupos de poder desplazados en Libia, Iraq y Afganistán, organizaron a sus huestes en pos de recuperar el poder del que abusaban con Mohamar Ghadaffi, Saddam Hussein y los Talibanes. En Libia persiste el caos derivado de las cientos de tribus que por siglos controlaron el territorio y acordaron un equilibrio simbiótico con el coronel golpista, para gatopardianamente seguir controlando el poder y beneficiándose todos esos clanes. El violento derrocamiento de Ghadaffi cortó el espejismo de convivencia, y los jefes tribales retornaron a sus feudos y a sus viejos conflictos, espantando a los que no toman partido por esa regresión al antiguo des-orden. En Iraq se juntaron los militares cómplices de la satrapía de Saddam, y organizaron grupos terroristas, algunos abiertamente mercenarios, otros ya estaban comprometidos con el ancient regime, para mantener en zozobra permanente a la vieja Mesopotamia, mediante ataques terroristas que impidan el avance normal del país bajo un esquema democrático, laico y civil. Los Talibanes son los precursores del Califato Islámico, energúmenos anclados en el siglo VII DC, con un concepto macho-fundamentalista que no deja lugar para los infieles, que son todos los que no calzan la horma de sus arbitrariedades inspiradas en su caprichosa e inmoral interpretación del Corán. Los desplazados por las guerras intestinas en Libia, intentan cruzar el Mediterráneo para llegar al sur de Italia o Grecia, y desde allí a los países con más disposición de recibirlos e integrarlos. En paralelo a la caída de los regímenes despóticos y militaristas en Iraq y Libia, hubo un ramalazo de la llamada primavera árabe, que brotó en Siria, donde una dinastía monopoliza el poder de manera autocrática (Hafez al-Asad gobernó de 1970 al 2000, al morir, sus allegados políticos modificaron la Constitución bajando la edad mínima exigida para ejercer la presidencia, con lo cual podían colocar al hijo en el poder, Bashar al-Asad, estudiaba Oftalmología en Inglaterra. Para impedir cambios trascendentales orientados a la democratización de Siria, vergonzosa y lacayunamente impusieron al hijo en la presidencia, y mantuvieron los hilos de la autocracia en Siria (Bashar fue el único candidato, el CNE de Siria dio como resultados 94,6% de participación y 99,7 de los Votos a favor del “sucesor”. Esa parodia ha ocurrido ya tres veces, el período presidencial dura 7 años). El Cisne Negro que desde el 2010 produjo cambios importantes y relativamente rápidos, en Túnez, Libia, Egipto, (Arabia Saudita y los Emiratos de inmediato ofrecieron mejoras, en previsión de protestas de sus respectivos pueblos), pero en Siria las manifestaciones por cambios y democratización, no encontraron respuesta positiva en el régimen, que respondió con todo el poderío militar y llegó al extremo de usar armas químicas contra los opositores. Tales acciones fueron repudiadas por la mayoría de los miembros de la ONU, Bashar estuvo a punto de caer, pero se salvó por dos factores; La oportuna y habilidosa intervención de Rusia, su aliada desde los años 50, que ofreció el compromiso del régimen sirio de destruir las armas químicas restantes, Y que el movimiento civil que se enfrentaba a Bashar fue eficientemente infiltrado por las fuerzas del nuevo terrorismo que amenaza con imponer un Califato (incluso ganaron en la pugna interna de Al Qaeda, que fue absorbida por los nuevos ejércitos fundamentalistas). Ante esa peor realidad, un terrorismo bien financiado, sus tropas multiplicadas por miles de fanáticos provenientes del mundo árabe y de la misma Europa (primera y segunda generación de árabes radicados en el viejo continente, respondiendo a sus atavismos religiosos), de tierra arrasada e infieles degollados, todo difundido a través de los medios y las redes de comunicación masiva, para aumentar el terror. El pragmatismo forzó a las potencias occidentales a dejar de lado el problema del régimen de Bashar al-Asad, para concentrarse en erradicar la amenaza mayor, la del terrorismo islámico que desprecia la diversidad cultural, social y sobre todo religiosa, reserva a las mujeres la condición de esclavas, sin derecho a educarse, a escoger compañero, a disfrutar de Libertad, los homosexuales y los disidentes -políticos o religiosos- son condenados a muerte en caricaturas de Juicios. Incluso reactivaron el comercio de mujeres, venden por pocos dólares a las que no asesinan en las incursiones a pueblos y aldeas de gentes sencillamente diferentes, considerados infieles e inferiores.

Para complicar más la enrevesada situación, Turquía, país que según la Geografía clásica tiene una porción territorial en jurisdicción de Europa, al occidente del Bósforo, y la mayor parte de su espacio se ubica en el continente asiático, un país que se había occidentalizado con Ataturk, democrático y laico, frena esos avances. Con el actual mandatario, Erdogán, va torciendo el rumbo hacía una peligrosa fundamentalización, se cuestionan los Derechos de las mujeres, las libertades propias de la juventud contemporánea, la separación de la Iglesia y el Estado. A pesar de que Turquía lleva tiempo tratando de incorporarse a la Unión Europea, mantiene vínculos con la OTAN y los EEUU -al punto de que participa de la Alianza militar contra los bestias del califato Islámico, que controlan vastos espacios de sus vecinos Iraq y Siria-, a la vez bombardea los campamentos del pueblo Kurdo, que se enfrenta a los del califato, incluso con brigadas femeninas. Como si Turquía se empeñara en agredir a dios y al diablo al unísono. Los humildes kurdos deben cubrir dos frentes, el del terrorismo islámico y el de la xenofobia turca.

Y no se agotan aquí los elementos que conforman esta difícil situación, que algunos despachan con la simpleza de insultar a los gobiernos que no abren sus fronteras de par en par para dejar  fluir sin revisar el enorme éxodo que se dirige a Europa, desde muchos países de África y Asia, a causa de los antecedentes y factores que en resumen hemos señalado. Los grupos de  varias docenas, o cientos, son hacinados en embarcaciones, inflables, de madera, o viejos botes pesqueros, transportando el doble o el triple de su capacidad. Lo mismo si se trata de vencer distancias en tierra firme, y cruzar fronteras, superando alambres y funcionarios, a menudo inescrupulosos, que quieren lucrarse o desahogar sus nacionalismos fósiles. Todo ello conforma un círculo vicioso, un deleznable negocio, a cargo de genuinas maffias, que expolian a los refugiados cobrándoles tarifas exageradas (ha habido casos de atracos descarados, a sabiendas de que llevan dinero en efectivo, vendieron apresuradamente lo que tenían, para escapar del infierno, y de que su condición de migrantes e indocumentados los hace frágiles, les imposibilita la denuncia formal y que haya justicia). Entreverados en esas multitudes sin documentos ni rostros, vienen algunos malhechores de poca monta, rateros deseosos de ejercer sus oficios en donde no tienen prontuario, pero también se cuelan algunos terroristas, aprovechando que las medidas de seguridad disminuyen su eficiencia cuando una inundación humana obliga a aligerar los trámites, mucho más fáciles cuando ha ocurrido esa tragedia de la semana, que ocupará las portadas y estimulará la solidaridad, junto con los insultos y reclamos de los opinadores de marras, y los politiqueros de las ultraizquierdas, que saltan a la yugular de Merkel, de Rajoy, de Cameron, de Hollande, ante cualquier declaración que mencione que se deben discutir las condiciones para organizar el ingreso de esa masa, y las cantidades de refugiados que le serán asignadas a cada país. Los cascarrabias, los diletantes y los revolucionarios exigen que les den puerta franca y salvoconducto para que vayan donde y cuando les plazca. Odian el maldito Capitalismo, pero viven permanentemente en Disneylandia, o en Babia, que es el lugar del que parecen haber salido.

En el caso de Aylan, el niño sirio de 3 años que apareció en la orilla de una playa turca, esa imagen dio la vuelta al planeta en horas, la mayoría ignora que también murieron ahogados su hermano Galip de 5 años, y su madre Rihan, de 35, pero al enterarse (por las declaraciones del atribulado padre, Abdala Kurdi), de que Canadá les había negado la Visa, de inmediato saltaron a despotricar del gobierno al otro lado del océano Atlántico, por no haber concedido las Visas, como si la madre y sus 2 hijos inevitablemente morirían por la falta de ese documento. Ni una mención de la pandilla responsable por el traslado en condiciones inaceptables, ni siquiera al que conducía el bote inflable, que cuando el oleaje volteó el bote abandonó a sus pasajeros (a Abdala le había cobrado 4.000 euros, con lo que cobró a los otros, el costo del bote usado era apenas una fracción de la ganancia). Hay en esa masa, junto a sirios que han enfrentado la autocracia de Damasco, sirios que respaldan a Bashar al-Assad, y surgen las dudas respecto a sus razones para alejarse del régimen que apoyan y deberían defender, es incoherente.

Otro factor determinante de lo que hace posible el ultra-extremismo del Califato, es la división de los musulmanes en dos grupos enfrentados, los Shiitas y los Sunitas (provenientes de dos ramas surgidas a la muerte del “profeta” Mahoma, dos parientes que fundaron los dos grupos en base a disidencias en la interpretación de los textos “sagrados”). Los sunitas eran minoría en Iraq, sin embargo el país era dominado por ellos, con Saddam Hussein al frente, también el sunismo es mayoría en Arabia Saudita, que da gran respaldo financiero a los sunitas en todo el planeta. De allí emanan los motivos para la guerra de Iraq (régimen sunita) contra Irán (régimen shiita), y los actuales bombardeos de Saudi-arabia contra Yemen. Los energúmenos del califato Islámico son extremistas sunitas, e incluyen entre sus víctimas a los musulmanes shiitas. La versión nigeriana se llama Boko Haram, y declaran ser enemigos de todo lo que represente al occidente, sus valores democráticos y libertarios, el respeto a la diversidad. Es un brote de bestialidad inaudita, pero llama menos la atención porque comete sus crímenes de intolerancia en África, lejos del alcance de las cámaras europeas las niñas secuestradas y obligadas a convertirse al Islám, y a ser esclavas, tampoco los adultos masacrados. Han perpetrado masacres y secuestros masivos de niñas, pero disfrutan de mayor impunidad, hasta ahora no se ha formado una Coalición para combatirlos, no afecta directamente a Europa.


PREGUNTA OBLIGADA: ¿Cuántos de los cientos de miles que se indignan, sufren y repudian el drama representado por la imagen del niño sirio ahogado, se han indignado, han sufrido, han repudiado los miles de similares dramas de balseros cubanos, enfrentados al oleaje y los tiburones del Caribe, huyendo de la dictadura castrista, ya con más de 56 años sometiendo a ese pueblo? Y como esa, hay docenas de preguntas, a partir de las ambiguas posiciones de los que “Practican hoy lo que ayer repudiaban, y Repudian hoy lo que ayer practicaban”. 

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